El Archivo del Exilio Español en Francia está en peligro?

La destrucción de una parte de los archivos republicanos en Francia data de 1997
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El archivo departamental de Toulouse precisa que se trató de “documentos administrativos” y que fueron eliminados una década antes de la Ley de memoria histórica

Refugiados españoles en la biblioteca de Villa Don Quichote de Toulouse, antiguo campo de Récébédou, 29 de octubre de 1945.

Refugiados españoles en la biblioteca de Villa Don Quichote de Toulouse, antiguo campo de Récébédou, 29 de octubre de 1945. ENRIQUE TAPIA FUNDACIÓN PABLO IGLESIAS

¿Está destruyendo Francia de manera activa el archivo del exilio español sin que actúen las autoridades españolas competentes en materia de memoria histórica? El archivo departamental de Haute Garonne, donde se sitúa Toulouse, la denominada “capital del exilio español” por el alto número de republicanos que se instalaron en esta sureña ciudad francesa a partir de 1939, es una de las principales fuentes de consulta de los historiadores e investigadores interesados en esta época. Un artículo del diario Abc afirmando que la institución había destruido “de forma masiva y aleatoria las fichas policiales y judiciales” de los refugiados españoles sin que haya actuado el Gobierno de Pedro Sánchez ha suscitado polémica en España. Salvo que, según la directora de los Archivos, Anne Goulet, la historia se remonta a otra época, a la era del Gobierno de José María Aznar y antes en cualquier caso de la aprobación de la Ley de la memoria histórica.

“La destrucción de esos artículos se remonta a más de 20 años, en 1997-1998, y no en 2019” y además “solo concernió a documentos administrativos y no judiciales o policiales”, precisó Goulet a EL PAÍS. La destrucción de documentos no iba destinada exclusivamente a los archivos de republicanos, sino que se trataba de “expedientes de extranjeros, expediciones de permisos de residencia” y fue una respuesta a la “necesaria clasificación de almacenes de archivos con el objetivo de acoger nuevos fondos”, aclaró por escrito. La medida fue realizada siguiendo una “nota de los Archivos de Francia” del 12 de abril de 1991 y una instrucción de los ministerios de Cultura e Interior del 5 de julio de 1994 “recomendando el muestreo de los expedientes de extranjeros”. En conversación telefónica, Goulet rechazó que estuvieran obligados a consultar a Madrid antes de dar este paso que, de todos modos, sucedió una década antes de que se aprobara la Ley de la memoria histórica, en 2007.

“El procedimiento es pedir autorización a los servicios que nos han proporcionado los documentos. No tenemos que pedir la autorización del Gobierno español, sobre todo porque se trata de expedientes extranjeros, no de españoles, había otras nacionalidades y no vamos a pedirle autorización a cada uno de los gobiernos, esto no funciona así”, zanjó. En todo caso, Goulet manifestó su pesar por lo que pueda haber supuesto la destrucción de dichos documentos en materia de memoria histórica.

“Lamentamos que esta operación de clasificación haya sido realizada sin discernimiento, en detrimento de la memoria de la comunidad española ampliamente representada en Haut-Garonne y de este evento trágico de la historia española”, indicó. Los archivos departamentales conservan en todo caso “numerosas otras fuentes sobre este periodo y especialmente sobre el exilio republicano que —aseveró Goulet— no han sido ni serán destruidos”. La política al respecto ha variado de forma sensible en las últimas décadas, aseveró. “Desde los años 2000, los archivos departamentales hacen todo lo posible para asegurar la preservación en las mejores condiciones de todos los documentos relativos a este periodo”, dijo.

La noticia de la supuesta destrucción reciente de archivos había sorprendido a los historiadores y asociaciones del exilio republicano en Francia. Sobre todo porque las fichas judiciales son muy importantes en una época como en 1939, cuando entraron en Francia con La Retirada casi medio millón de refugiados españoles y las autoridades de Toulouse estaban bajo el régimen de Vichy que colaboraba con las fuerzas de Franco. “Es una documentación necesaria para la historia española y también para comprender muchas cosas, para ver las relaciones franco-españolas de aquel momento”, comentó la periodista Evelyn Mesquida, autora de La Nueve. Los españoles que liberaron París, y que está a punto de publicar otro libro sobre los republicanos españoles en la Resistencia. La que probablemente sea la historiadora de referencia de esta época, Geneviève Dreyfus-Armand, también manifestó su extrañeza ante la relevancia de los documentos presuntamente destruidos y la forma en que supuestamente se había realizado. “En todos los archivos públicos del mundo democrático siempre hay eliminaciones de archivos porque hay una cantidad exponencial de ellos, pero en Francia son muy controladas y obedecen a reglas muy precisas”, señaló.

En un comunicado, el Ministerio de Cultura y Deporte explicó este lunes que el Gobierno no tiene constancia de estas destrucciones y, tras solicitar información al Servicio Interministerial de Archivos de Francia (SIAF), este organismo ha señalado que el caso está siendo objeto de investigación y ha solicitado un informe oficial al respecto. El comunicado de Cultura destaca también la estrecha colaboración entre ambos Gobiernos en materia de patrimonio documental de los dos países. En ese sentido, recuerda la firma de un acuerdo para desarrollar un programa relativo a los archivos de la Guerra Civil española, del exilio, de la resistencia y de la deportación.

Con independencia del contenido de la respuesta solicitada al SIAF, el ministerio recuerda que el expurgo de documentos está sujeto a una normativa rigurosa de eliminación y , en el caso de valor histórico, conlleva la copia digital del documento.

Digital Transformation: Exploring AI

Have you seen the administration’s 2020 Federal Data Strategy? It emphasizes the need for federal agencies to leverage our data as strategic assets. Action 8 of the plan specifically speaks to improving data in order to support artificial intelligence (AI) research in federal agencies. Good data is a critical building block for AI. As you would expect from the National Archives and Records Administration, we have focused on standards from the beginning of our existence.

Daytona Beach branch of the Volusia county vocational school.”, 4/1942. National Archives Identifier 535579

For the last two decades, we have been transforming our accumulated knowledge for the best use in the digital era. Recently, we hired our first Chief Data Officer, who will participate in the federal CDO working group, bringing ideas back from other agencies to NARA for consideration, and who will help us prioritize data projects that will support our AI research. 

Staff from across NARA are collaborating and learning together about the potential for AI to support the Agency’s mission. Members of NARA’s AI exploration team include archivists, project managers, IT specialists, outreach liaisons, records managers, and digitization specialists. This diverse body will bring a critical variety of viewpoints that we must consider as we investigate how we should harness the power of emerging technologies such as AI. 

Press and spectators gathering after United Nations Charter is signed, 6/26/1945. National Archives Identifier 100310939

To ensure a basic level of understanding across our diverse team, NARA is holding an “AI for Business” meeting, where our IT staff will provide presentations and demos that help to define and differentiate terms like artificial intelligence, machine learning, deep learning and neural networks for those without an IT background. 

Interior of the 3M Co. (Minnesota Mining and Manufacturing) Plant Showing an Employee Working on one of the Products. National Archives Identifier 558372

Some of the questions we will ask as we continue to explore potential uses of AI, include: 

How can we use AI to better meet our customers’ needs?
What are our peer institutions doing with AI? 
What are the ethical implications that we need to consider? 
What additional training will staff need to prepare for using AI?  
Can AI enhance our crowdsourcing efforts?  And more…

Interior of the 3M Co. (Minnesota Mining and Manufacturing) Plant Showing an Employee Working with one of the Machines. National Archives Identifier 558375

Emerging technologies such as artificial intelligence hold extraordinary promise for improving our digital future. As we work to explore the possibilities of applied AI to support NARA’s mission, I will continue to post our progress. In the meantime, what are you doing with AI? 

Desclasificación de documentos del Archivo Secreto Vaticano sobre Pio XII

El 2 de marzo se desclasificarán dieciséis millones de documentos del archivo secreto del Vaticano sobre Pío XII
http://www.infocatolica.com/


Los archivos secretos vaticanos referidos al Pontificado del Papa Pío XII serán abiertos a los investigadores a partir del próximo 2 de marzo. Mons. Sergio Pagano explica en una entrevista que se han tardado unos 15 años en organizar casi dieciséis millones de documentos.


El 2 de marzo se desclasificarán dieciséis millones de documentos del archivo secreto del Vaticano sobre Pío XII


(SIC/InfoCatólica) La labor que permite la apertura de los archivos fue notable: los archivos desclasificados suman casi dieciséis millones de documentos entre los que se encuentran ciento cincuenta y un mil textos de la Secretaría de Estado y 538 sobres separados tanto sobre temas individuales como institucionales.

El Prefecto de los Archivos Secretos del Vaticano, Mons. Sergio Pagano, ha concedido la siguiente entrevista a Radio Vaticana:

¿Cuál ha sido el proceso que ha llevado a la situación actual?

La espera de muchos investigadores de todo el mundo ha durado, se puede decir, unos 14 o 15 años. Este es el tiempo que han necesitado mis colaboradores, archiveros y el resto del personal para preparar toda esta enorme cantidad de documentos: numerarlos, seguir su protocolo y preparar los inventarios.

Estos últimos, en lo que respecta al Pontificado de Pío XII, hoy están todos en forma digital. Así que los estudiosos los encuentran en nuestra sala y pueden consultarlos vía «intranet», es decir, vía web en las salas del Archivo Apostólico Vaticano. La espera es comprensible, porque el pontificado del Papa Pacelli es muy relevante y crucial. Llega en un momento de la historia de la humanidad lamentablemente devastado y ensangrentado por el último conflicto mundial, pero también por todo lo que ocurrió dentro de ese conflicto e inmediatamente después de su conclusión.

Obviamente, el dramático tema del Holocausto viene inmediatamente a la mente y por lo tanto los judíos esperan muchas revelaciones de esta apertura. Pero en los fondos relacionados con el Papa Pacelli hay importantes documentos sobre las relaciones de la Santa Sede con los regímenes totalitarios, sobre los acuerdos con las distintas naciones. Se puede entender mejor la posición del Papa y de la Santa Sede con respecto a ciertas políticas religiosas, con respecto al comunismo y al absolutismo. Y también se conocerá todo el gran trabajo del Papa Pacelli en el frente de la caridad. Puedo atestiguar esto en primera persona, pues he ordenado yo mismo el fondo de Caridad que cuenta con más de 8.000 sobres en los que hay miles y miles de prácticas caritativas.

Es impresionante cómo Pío XII recibió ofrendas de varios fieles católicos de todo el mundo, especialmente de los Estados Unidos, y prácticamente el mismo día las redistribuyó inmediatamente, a quienes las necesitaban, tanto a particulares como a parroquias, orfanatos, hospitales, pero también a universidades e institutos de investigación. Un verdadero río de dinero que era, digamos, el río de su caridad.

Prácticamente todos los que pidieron ayuda a la Santa Sede la obtuvieron y tenemos el testimonio de esta enorme obra de caridad en este Fondo de Caridad y en el fondo de la Comisión de Socorro. Publicaremos dos poderosos inventarios, editados por el Dr. Di Giovanni y el Dr. Roselli, que muestran también el otro aspecto de la enorme caridad llevada a cabo de forma más organizada a través de la Obra de Socorro.

Por supuesto, también abriremos los archivos de la gran Secretaría de Estado de Pío XII. Estos fondos también son esperados por los investigadores para profundizar la doctrina del Papa Pacelli, su pensamiento. Basta pensar en sus encíclicas o en el hecho de que es el Pontífice más citado por el Concilio Vaticano II. Su doctrina, su teología y su práctica pastoral siguen siendo fundamentales hoy en día y espero que con la apertura de estos nuevos fondos puedan ser estudiados adecuadamente.

¿Podríamos obtener nuevos documentos que prueben el trabajo de la Iglesia bajo el papado de Pío XII para salvar a los judíos durante la Shoah?

Sin duda alguna. Por lo que entiendo hay muchos. Hay muchos documentos que contienen el agradecimiento del pueblo judío. Y hablo, obviamente, de judíos no bautizados, que permanecen en su fe, que agradecen al Papa Pacelli por la ayuda prestada. Hay numerosos testimonios de la ayuda prestada por los simples cristianos, así como por los institutos religiosos y los propios obispos para salvar la salvación de esta pobre población tan cruelmente perseguida.

Naturalmente también hay voces disonantes sobre este aspecto, hay en el lado judío la evocación del llamado problema de los silencios de Pío XII. Pero, a este respecto, los nuevos documentos también proporcionarán una nueva explicación más detallada.

Conocemos la historia de este pueblo perseguido y el Holocausto y por lo tanto entendemos muy bien que los judíos esperan tanto de estos documentos que ahora son accesibles. Lo importante, en mi opinión, es que el estudio de estos documentos, como los demás, se haga de manera justa, objetiva, científica e histórica. Entonces, por supuesto, cada uno tendrá su propia opinión.

En este contexto, ¿cómo encaja la jornada de estudio en el Augustinianum?

La apertura fue anunciada por el Santo Padre hace ya un año, cuando recibió en audiencia al personal de los Archivos Vaticanos. Pero para preparar adecuadamente desde el punto de vista archivístico esta nueva apertura de fondos, a diferencia de lo que había sucedido con las aperturas anteriores, se pensó en organizar una jornada de estudio específica, precisamente en el Instituto Patrístico Augustinianum, cerca de la columnata de San Pedro.

En esta ocasión, los archiveros de los Archivos Vaticanos, pero también los archiveros de otros archivos de la Santa Sede, presentarán su trabajo de preparación de los documentos y la posibilidad que ofrecen estos documentos en relación con nuevas investigaciones.

Para este día, ya hemos tenido la participación de más de 200 personas entre historiadores e investigadores y también hay un gran grupo de estudiosos judíos. Nuestro objetivo, con este evento, es servir a los investigadores ofreciéndoles una visión general de los nuevos fondos y posibilidades de investigación, de las herramientas preparadas, para que cada uno pueda entonces seguir su propio camino, hacer sus propias investigaciones, sacar sus propias conclusiones, naturalmente con la mayor libertad.

Acelerar la escritura en memoria flash modificando el sistema de archivos

Modificaciones del sistema de archivos para acelerar la escritura en memorias flash
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WD my passport SSD

Un equipo de ingenieros informáticos de Corea ha desarrollado un nuevo esquema de árbol para el sistema de archivos de los SSD y las memorias flash que permitiría acelerar el rendimiento de escritura secuencial. Para ello han optado por una estructura de nodos en cascada que reduce las operaciones de escritura innecesarias y acelera el rendimiento en estas operaciones.

Para organizar los datos en el sistema de archivos del almacenamiento flash se emplea una estructura denominada arbol-B (B-Tree), similar a la de las bases de datos o sistemas operativos. Pero los esquemas empleados hasta ahora provienen de los sistemas de archivos tradicionalmente utilizados en otros soportes de almacenamiento, y en el caso de los SSD y las memorias flash genera ciertos problemas.

Uno de ellos se manifiesta en los procesos de escritura secuencial, porque la propia naturaleza de la memoria de estado sólido obliga a realizar un proceso de borrado previo de las celdas seleccionadas para la próxima escritura, y las estructuras de árbol tradicionales introducen un retraso en el proceso que afecta al rendimiento. La industria no desconoce este problema y desde la creación de los SSD se han propuesto diferentes esquemas de B-tree para el almacenamiento de estado sólido.

Ahora, un grupo de ingenieros coreanos de la Universidad de Hanyang, en colaboración con especialistas de las compañías SK Hynix y FW Nextgen Tech, han propuesto un nuevo esquema que pretende mejorar el rendimiento logrado hasta ahora en las escrituras secuenciales. Su idea se basa en la utilización de nodos de datos en cascada, en vez de las clásicas estructuras de árbol convencionales.

Según las explicaciones que han publicado en su artículo, su esquema “reduce el número de operaciones de escritura y mejora las escrituras secuenciales mediante el empleo de nodos de memoria en cascada. La estructura del índice B-tree propuesta retrasa las actualizaciones para los nodos B-tree modificados y luego realiza escrituras por lotes en cascada”. Según las pruebas que han realizado, empleando análisis matemático y ciertos experimentos, su esquema de árbol logra mejorar el rendimiento de cualquier otro existente, especialmente en las tareas de escritura secuencial. Y, teniendo en cuenta que en la investigación participa un miembro de juna importante compañía de memoria, cabe esperar que este avance acabe viendo la luz.

Los Archivos en la Memoria Colectiva de la Ciudad

Los archivos salen al rescate de las historias anónimas de Barcelona

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Los equipamientos recopilan todo tipo de documentos para “completar” el pasado de la ciudad

Una ciudad es un gran escenario en el que hay una trama principal, pero alrededor de la cuál pasan otras muchas cosas que complementan a la historia protagonista, que la enriquecen, que permiten entender mejor la intriga estrella… Los archivos de la ciudad, el histórico, el contemporáneo o el fotográfico, pero también los de cada uno de los distritos, se reivindican como cuidadores de todas esas historias, que no se pueden definir como secundarias, pero que ayudan a entender la principal.
Custodios de la memoria colectiva piden, eso sí, colaboración ciudadana: las donaciones son su cimientos, los recuerdos anónimos, para ellos, lo pueden ser todo. “En estos momentos nos interesa mucho la documentación relacionada con el feminismo o con todo lo que tiene que ver con los movimientos LGTBI”, subraya el archivero jefe del Consistorio, Joaquim Borràs. “Intentamos que la gente sea consciente de que hay mucha información que está en las familias, en las asociaciones y entidades que es parte también de la historia de la ciudad. No sólo es la información y la documentación que produce el Ayuntamiento”, añade el responsable municipal que defiende con pasión el papel de estos equipamientos en la suma de la construcción de la memoria colectiva.

Porque la historia de la ciudad, argumenta, son también los dietarios de las hermanas Amat que dibujan, con palabras, los años 20 del siglo XX y el estallido de la Guerra Civil. O las obras manuscritas de José Casellas, el autor teatral de finales del siglo XIX cuyas creaciones estuvieron perdidas más de medio siglo… Lo son también las fotografías de Carme Garcia que desde la azotea de su casa –su marido no veía bien su pasión y mucho menos que se profesionalizara– reflejó la ciudad de 1935 hasta mediados de los años 80… (a partir de sus fotos se ha editado un libro: Carme Garcia. Des del terrat ).
En la actualidad, los equipamientos municipales atesoran y preservan más de 60 kilómetros de documentación –es la distancia que sumarían si se pusieran una al lado de la otra todas las cajas que están en los estantes–, así como unos tres millones de fotografías. Unos archivos que no están llenos de polvo y en los que sus empleados no trabajan con manguitos. Tampoco huelen a humedad o a naftalina.
De hecho, lo que buscan es ser lo más permeables posible. “Estamos abiertos a escritoresinvestigadores… A todos los ciudadanos, eso sí, con cita previa”, apunta Borràs, que explica que los archiveros también hacen, literalmente, trabajo de campo: paseanpreguntan y abren más de un container a lo largo del día… Y, además, cuentan con una red de captación de contenido, a través de cronistas de barrios, historiadores y entidades.
“Si se enteran de que alguna documentación corre peligro, ha fallecido una persona que puede aportar información interesante o puede desaparecer una entidad o un comercio centenario se ponen en contacto con nosotros”, explica. El objetivo, por el que trabajan, es que los propios ciudadanos sepan que hay un espacio al que llevar sus recuerdos. “Una donación es un reconocimiento, un ejercicio cívico de reconocimiento”, sentencia Borràs.
Durante el año 2019, los archivos de Barcelona recibieron más de medio centenar de donaciones: varias colecciones y más de 127.000 fotografías. Entre estas, unas 700 en régimen de comodato por 20 años que pertenecieron al archivo de la familia Martí Codolar, cuyos actuales propietarios son los salesianos. “Es una colección de fotos familiares, pero también las del primer zoo de Barcelona. Forma parte de esta colección una imagen de la visita de San Juan Bosco a Barcelona”, añade Borràs, que también exhibe con orgullo otra donación, en este caso, del archivo municipal de Sant Andreu, un pergamino municipal de 1426.
“Un historiador local que había sido becario del archivo lo encontró en un mercado de libros y documentos antiguos de Vic. Consideró que tenía que estar en el archivo y lo compró. Nosotros lo incorporamos, lo conservamos, lo restauramos, lo digitalizaremos y lo pondremos en nuestro catálogo en línea”, explica el archivero jefe de la ciudad de Barcelona. “Para nosotros es muy importante porque completan la visión que tenemos muchas cosas”, insiste Joaquim Borràs.

Imagen de uno de los dietarios de las hermanas Amat de Gràcia
Imagen de uno de los dietarios de las hermanas Amat de Gràcia (César Rangel)

“A veces nos traen una parte de la documentación: a veces muy cuidada otras veces en bolsas. Pero siempre valoramos la importancia de la documentación para la memoria del distrito, del territorio o de la ciudad. Depende del valor va a un archivo u otro… Y si se trata de pergaminos antiguos va al histórico”, apunta, por su parte, Glòria Gimeno, responsable del archivo municipal del distrito de Gràcia.
Y lo afirma justo delante de un grupo de dietarios, recientemente donados, que van del año 1923 a 1937 y que escribieron las hermanas Amat: solteras, creyentes y de Gràcia.
“Hemos estado trabajando toda la tarde en el jardín sin haber oído un solo tiro en todo el día y a eso de las siete se han oído varios y nos hemos entrado en la galería. Allí, a las siete y media, llaman al timbre, va Rosina a abrir y vemos a cuatro hombres armados que nos dicen que abramos la puerta. Rosina la abre y entran en el recibidor uno apuntando con el revolver preguntándonos si teníamos armas y donde estaban los hombres de la casa…”. El texto reproducido es parte de lo que una de las hermanas escribió el 22 de julio de 1936.

Se dieron por desparecidas durante décadas

Gràcia conserva las obras teatrales de José Casellas

“Estos dietarios nos los trajo un familiar de aquellas hermanas. Vimos que eran importantes y firmamos un contrato de cesión”, añade Gimeno, mientras, con delicadeza muestra otro de los tesoros (todos son tratados como tal) más recientes de su archivo: las obras manuscritas de José Casellas, autor teatral de finales del siglo XIX, que también llegó a estar al frente de uno de los teatros de Gràcia.
“En este caso fue una persona que llamó al distrito y habló con la técnica de cultura. Le dijo que tenía unas obras de teatro de su tío abuelo que habían estado en la buhardilla muchos años. Llamaba por si algún grupo amateur del distrito quería representarlas…”, explica Gimeno que apunta que, en este caso, se da la circunstancia que son unas obras de teatro de las que el archivo ya tenían constancia… Porque durante décadas habían estado desparecidas, desde que Casellas murió, entorno al año 1936.

Una de las obras manuscritas del autor teatral José Casellas
Una de las obras manuscritas del autor teatral José Casellas (César Rangel)

“Hay un escrito de un señor en una revista en la que se queja de su muerte, sin pena ni gloria, que se había tenido que vender su biblioteca y que lo único que había conservado eran todas sus obras de teatro en una maleta”, continúa la trabajadora municipal. “Si no fuera por donaciones se particulares a lo mejor no tendríamos imágenes de la nevada de 1962 en Gràcia”, añade.
La archivera también muestra el cuaderno de la escuela de una niña –Rafaela Calvo– que donó su hija, Glòria Picazo, que data del año 1937 y que recoge una redacción de la entonces menos sobre la Guerra Civil: “Si tienes paz todo está tranquilo y en cambio si hay guerra siempre tienes aquella preocupación…”.
El cuaderno sirvió para ilustrar una exposición sobre la infancia y la contienda en el año 2019. Se conserva en el archivo de Gràcia junto a varias carpetas de documentación sobre la mítica editorial Bruguera, que cedió al archivo Helena Larreula, viuda de Vicenç Palomares que fue trabajador del sello durante décadas: redactor, autor de guiones… Y también coordinador de títulos emblemáticos como Mortadelo y colaboró en tebeos como Tio vivo El Capitán Trueno.
Palomares ya ejerció en vida de cronista de la mítica editorial: en el archivo está parte de su vida. “Tenemos entre otras muchas cosas las cartas que se intercambió con Ricardo Sanz, que estuvo en la revuelta de La Canadiense”, manifiesta Gloria Gimeno. Una relación epistolar con el escritor, pero también dirigente anarquista (uno de los fundadores del grupo anarquista Los Solidarios, el de Buenaventura Durruti y Juan Garcia Oliver), que se alargó durante décadas mientras Ricardo Sanz estaba en el exilio.
“¿Quién iba a decir que del fondo sobre una editorial iban a salir todas estas cartas?”, pregunta la archivera. Y es que, no siempre todo es lo que parece o se puede pensar inicialmente. Pasa también con el fondo de la Cooperativa de Tejedores a mano de Gràcia, que donó al archivo de este distrito el último presidente de esta entidad que se fundó en 1876. Una documentación en la que abunda el material gráfico sobre actuaciones teatrales durante los años 20 y la Guerra Civil (su sede fue el Teatreneu).
Recuerdospequeños tesoros del pasado que están abiertos a escritores o investigadores dispuestos a descubrir, también, viejas historias… Quizás olvidadas, pero gracias a los archivos, vivas.
Autor: BARCELONA

PIDB Reauthorized by the 2020 National Defense Authorization Act

The National Defense Authorization Act (NDAA) for Fiscal Year 2020 retroactively reauthorizes the Board from December 30, 2018.  As a result, Board members whose terms were set to end between January 1, 2019 and December 30, 2019, are extended for another year. The current authorizing legislation extends the terms of James E. Baker and Trevor W. Morrison to June 9, 2020; John F. Tierney to June 28, 2021; Kenneth L. Wainstein to September 7, 2020; and Alissa M. Starzak to February 14, 2022.  There are currently three Presidential appointment vacancies and one Congressional appointment vacancy.

In addition to extending the terms of current members, the NDAA removes the sunset provision from the previous authorization, and requires the Board to hold four in-person meetings each year.  The Board’s previous authorizing legislation expired on December 31, 2018 and the Board ceased operations.

The Information Security Oversight Office still provides all logistical and program support.  The Board members and ISOO are preparing for an initial teleconference to discuss the legislation, plans for an initial meeting, and options for an agenda.

“The Radio Equivalent of Muhammad Ali”

When New York radio legend Frankie Crocker died of pancreatic cancer in Miami on October 21, 2000¹, his was just the latest death of an influential African American disk jockey that year, including Martha Jean Steinberg, Rosko, Jocko Henderson, and Jack “The Rapper” Gibson.

On November 10, 2000, On the Media contributor Rex Doane memorialized Crocker and gave a brief history of the influence of African American disk jockeys.

Crocker arrived in New York in the late sixties and worked at rhythm and blues powerhouse WWRL and at WMCA during that station’s waning days as a Top Forty leader. In 1971, as FM was beginning to overtake AM for music programming, he moved to WLIB-FM to serve as both program director and the afternoon drive time host. Soon WLIB-FM changed its call letters to WBLS and Crocker was developing a smoother, more sophisticated format than the machine gun pace of AM pop music radio. Crocker recruited and groomed radio newcomers Vy Higginson (the first female pop music disk jockey in New York), Fred “Bugsy” Buggs, and Ken “Spider” Webb to host what the station called “the total Black experience in sound.”² It was a format eclectic enough to mix Aretha Franklin, John Coltrane, Frank Sinatra, James Brown, Billie Holiday, Johnny Mathis, and Kool and the Gang. As BLS knocked perennial number one WABC from its ratings perch and the station’s audience grew more diverse, he introduced non-black acts like New York New Wave darlings Blondie and British punk rockers The Clash to his listeners. It was the beginning of the format that became known as Urban Contemporary.³

On the air Crocker was, as New York Daily News writer David Hinckley explained to Doane, “the radio equivalent to Muhammad Ali.” He called himself “The Chief Rocker,” “The Eighth Wonder of the World,” and “Hollywood,” and told his listeners, “If Frankie Crocker isn’t on your radio, your radio isn’t on.” As with Ali, it was up to his competitors to prove it wasn’t so. 

Doane’s remembrance also discussed the importance of Crocker and other African American disk jockeys played in their communities. Howard University professor William Barlow told Doane, “The DJs were a significant player in the black community. . . A [DJ was a] civic leader. . .a mobilizer. . .a relayer of information pertaining to the community. . . black radio DJs filled a huge vacuum in terms of providing civic leadership and morale.” New York hip hop pioneer Fab 5 Freddy has talked about Crocker’s influence on his Bedford Stuyvesant neighborhood, where during the summer with the windows open you could walk down the street and hear Crocker’s show uninterrupted for blocks. 

Doane’s retrospective has many airchecks of Crocker, and Crocker can be heard in a long form interview with WNYC’s program director Richard Pyatt in the WNYC archive during this late 1973 episode of Visitors From the Other Side. 

 

1 Williams, Monte. “Frankie Crocker, a Champion of Black-Format Radio, Dies” The New York Times, 2000, October 24, C23.  2 Barlow, William. Voice Over: The Making of Black Radio. Philadelphia: Temple University Press, 1999, 233-235.  3 WBLS. “WBLS –  ‘In A Class By Itself’ – The 1970’s, Frankie Crocker, Building a Station”. youtube.com, 2019, June 11. Accessed February 14, 2020.

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Related links from the New York Public Radio Archive:

On the Media, 1993-2000

Visitors From the Other Side

Love Your Pet Day – Means Family Home Movies

Today on National Love Your Pet Day, Special Collections & Archives celebrates not only our own pets, but those of our collection creators as well!

Dog and people at beach, 1954
Means Family and dog at beach, 1954. From MSS 2018-004, Box 9, Reel 6.

MSS 2018-004 includes home movies from the family of Dr. Bruce Means, many of them featuring summer road trips throughout the United States. The 1954 film shown above starts off with footage of the family dog at the beach (presumably Florida) and, at around the 9 minute 15 second mark, shows the same dog again, playing in the snow (possibly in Alaska).

Home movies are a growing part of our personal papers collections. To ensure access to commercially obsolete media, FSU Libraries partners with expert film preservation firms to produce high-quality digital versions for use in our Digital Library and by users like you.

This particular movie is from a set of films donated by Dr. Bruce Means of the FSU Department of Biological Science in 2019. The Means family films can show us not only a mid-20th century family at play, but also serve as documentation of many US locations that have changed considerably since. This kind of “accidental” secondary value is a significant part of why archivists choose to collect and preserve archives in the first place!

To learn more about Dr. Bruce Means, his family, and his work, visit the finding aid for his collection.

Vintage Valentines in the Archives

Valentine’s Day gained popularity in the United States with the introduction of mass-produced Valentines cards around the middle of the 19th century. Most of these early cards have long since disappeared, but we are fortunate to have many examples of early 20th century valentines here in Special Collections & Archives.

Aside from being a repository for manuscripts and rare books, Special Collections & Archives is also the home of the Heritage & University Archives for Florida State University and its predecessor, the Florida State College for Women (FSCW). A popular pastime for the students of FSCW was to construct scrapbooks full of precious items from their everyday lives. These scrapbooks are full of photos, articles, notes, and other ephemera that provide a snapshot into what life what like at that time. Some even contain valentine cards from the time period. 

Valentine
From the Florence Gregory Walker Collection

This valentine is found in the scrapbook of  Florida State College for Women student Florence Gregory (B.A. Sociology, 1940) and dates to circa 1931-1937.

Antique Valentine
From the Florida State University Melvene Draheim Hardee Center for Women in Higher Education Collection

This valentine is found in the personal files of Dr. Melvene Draheim Hardee. The card is from Dr. Draheim Hardee’s childhood and dates to approximately 1920.

Heart-shaped Valentine
From the Marion L. Stine Collection

This valentine is found in the scrapbook of  Florida State College for Women student Marion Laura Stine and dates to circa 1917-1921.

To My Valentine
From the Annie Gertrude Gilliam Scrapbook

This valentine is found in the scrapbook of  Florida State College for Women student  Annie Gertrude Gilliam and dates to circa 1925-1931.

My Valentine
From the Janet MacGowan West Collection

This valentine is found in the scrapbook of  Florida State College for Women student Janet MacGowan West (BS 1922) and dates to circa 1917-1954.

Wishing you a happy Valentine’s Day from Special Collections & Archives!

Special Collections Spring Intern

My name is Darby Freeman. I am a senior at UNCW studying English Literature and Philosophy. I have worked at the Randall Library circulation desk for just over two years and began an internship in the Special Collections department at the beginning of this semester.

I was first introduced to Special Collections by a professor who took our class to the department after assigning a lengthy research paper. We did an activity that involved stringing together events to form a cohesive narrative. I thought it was cool to watch a story reveal itself as we went through all of these different types of literature, written by unaffiliated groups, that came from a variety of locations.

I have always enjoyed my job at the circulation desk because I love being around books and literature. I handle books daily, whether I’m checking them in or out, collecting them for patron holds, or reshelving them. This has led me to discover many fascinating books that I otherwise would’ve never encountered, be it fictional, historical, or theoretical. When I first heard about the internship in Special Collections, it felt perfect for me. It’s like taking the job I already knew I loved and making it more interesting and in-depth. Since beginning work at the library, I’ve been curious about a career as a librarian or archivist, and by working in Special Collections I have an opportunity to try out archival work and see if I enjoy it (spoiler alert: I do).

My job as an intern in Special Collections is to document, process, and arrange collections either purchased by or donated to the department. Processing involves documenting and researching the topics and historical context of the collection. After the initial documentation and research, I arrange the collection, which entails organizing the materials in a way that promotes understanding and accessibility. The arrangement is vitally important to the integrity of the collection; if related materials are separated from each other, it is harder to understand the context of the collection as a whole. Archivists are basically the gatekeepers of history, so it is imperative that they accurately represent the contents of a collection and provide any necessary context to encourage more thorough understanding.

So far, I have worked on The Camera Shop Records, Virginia Harriss Holland World War II Memorabilia, and H.J. Southwell Murder Correspondence. It’s been interesting reading about history that happened only a couple of blocks from where I currently live. Some were easy to research, like the H.J. Southwell Murder Correspondence, which had significant news coverage that spanned nationwide. The Camera Shop Records, however, was more difficult because most of the information about the owner could only be found in his obituary. I enjoyed both collections.

This work requires that the processer be detail-oriented and exercise critical thinking skills in their assessment of the collection. I had some exposure to these skills prior to beginning the internship, but I’ve never had an environment quite like this to test them. Since starting the internship, I have gained a better understanding of what it means to be detail-oriented towards something completely unfamiliar to you. Additionally, my analytical and critical thinking abilities have been tested in ways they previously never were. Normally, I analyze a text, and use critical thinking skills to extract meaning, and then scan for details to support my thoughts. Special Collections processing feels like the reverse. I have to pay attention to every detail so that when I’m thinking critically and analytically, I am able to piece together the fragments of history present in a collection.

Blog Category: 

Join us on a Presidential Libraries Road Trip!

In celebration of Presidents Day, we are featuring a series of Citizen Archivist tagging and transcription missions using Catalog records from each Presidential Library: a Presidential Libraries Road Trip! Join us online as we virtually travel the country throughout February, bringing you records from the Presidential Libraries across the National Archives. 

Through this project, we are sharing more of the incredible resources held at each Presidential Library, highlighting records available in the Catalog, and encouraging citizen archivists to tag and transcribe these items to make them more accessible and findable online. Learn more on the Citizen Archivist dashboard

We first announced this project through our National Archives Catalog newsletter. Each issue of our email newsletter highlights the descriptions and digitized records available for online access, as well as tips on the Catalog’s features and functionality. The newsletter also provides updates on our crowdsourcing and citizen archivist programs, and shares stories of how online access shapes efforts in research and education.  

Previous editions of our newsletter have also featured:

Connecting with Customers is an important strategic goal for the National Archives. Our newsletter helps us engage with our audiences to share more about the records available at the National Archives, while encouraging citizen archivists to make these records more accessible by adding metadata through tagging, transcription, and comments. 

Every two weeks, we reach more than 160,000 registered users, researchers, and citizen archivists through our newsletter. Join us and subscribe now!

The Peak of Enchantment!: Grouse Mountain Highway and Scenic Resort

“Don’t fail to visit Grouse Mountain. Its wonders are proclaimed by the thousands who have been there. It gives you a thrill such as you have never known before and as you will never know again unless you return – which you probably will.” Such is a sample of the marketing campaigns aimed at visitors and residents of the Vancouver area in the late 1920s and early 1930s by the Grouse Mountain Highway and Scenic Resort Ltd., the records of which can be found here at the Archives.

Crown, Dam, Grouse, and Dome Mountains, with the Grouse Mountain Highway and Scenic Resort Ltd.’s road drawn onto it, ~1925. Reference code: AM76-F02-: CVA 257-1

The company, which was incorporated on November 27, 1924, sketched out an ambitious plan in its prospectus which was published about a year later in 1925. Its aim was to build and operate “a first-class hotel and encampment” on the plateau near the summit of Grouse Mountain, “with tourist camp facilities for summer and winter amusements and sports.” The chalet itself was billed as “modern in every respect, with plumbing, heating, electric lighting and water supply, telegraph and telephone service.” Indeed, the fruition of the chalet and facilities did come to pass, with the resort opening on October 23, 1926. The company’s prospect to bring investors a good return on investment did seem promising given the stunning setting of the resort combined with the exponential increase of motor tourists, particularly American tourists, visiting the Vancouver area in the 1920s, and the easy access to the North Shore with the then newly completed Second Narrows Bridge in 1925. (Previous to the completion of this bridge, the only way to connect to the North Shore from Vancouver was to take a boat.)

Page from the Chalet guest register. For the Resort’s first year anniversary, they held a special gathering which included celebrating Charles “Dad” Quick’s 107th birthday. Photo: Bronwyn Smyth. Reference code: AM76-F18

It was clear, however, as early as 1928 that the company’s fortunes were not amassing nearly as quickly as anticipated. In November of that year, a committee of Vancouver businessmen was formed to create a plan to save the company from bankruptcy. An interim receiver was appointed, and the company continued on.

In September 1930, the barge Pacific Gatherer hit the Second Narrows Bridge, causing major damage, resulting in the closure of the bridge. The combination of this closure and the beginning of the Depression placed further pressure on the company’s finances.

Skiers heading into the Chalet, ~1928. Reference code: AM1376-: CVA 167-2

The company underwent a reorganization of its operations in June 1933 in a final attempt to save it. The reorganization and more stringent management seemed to help, as a memo written near the end of August 1933 by Leo Shelly the new manager indicated that he was optimistic about the future of the resort with several factors contributing to a better financial state, but warned that prudence was still needed. Within a few weeks, however, on September 8, 1933, the property was put up for tax sale. This gave the company a two year period in which it was required to pay its tax debt to the District of North Vancouver.

Interior of the Chalet, ~1926. Reference code: AM54-S4-: Out P230

In June 1934, the Second Narrows Bridge reopened. The number of visitors to the resort increased substantially, helping its desperate financial state. However, despite the upswing in business, there wasn’t enough time for the company to offset the losses suffered to the company’s finances during the bridge closure years before the two-year debt repayment deadline rolled around, and on September 8, 1935, Commissioner JM Fisher ordered the road to the resort closed.

Some of the company’s printed promotional material. Photo: Bronwyn Smyth. Reference code: AM76-F27

Although from a financial perspective, the company was not successful, guests of the resort found it a delightful place to visit. During the years that the resort operated, there were many activities in which to partake. In winter, on offer was skiing, skating, tobogganing, bob-sledding, curling, dog sledding, and snowshoeing, and in summer, hiking and horseback riding were on the menu. Dances were also held frequently throughout the year. The chalet itself welcomed visitors, whether day-trippers or overnight guests, in its restaurant. The resort played host to special gatherings, ski competitions, and the occasional celebrity, including a day-trip from Winston Churchill in 1929.

The Archives acquired the Grouse Mountain Highway and Scenic Resort fonds in 1972. The fonds contains material from 1924-1935, including survey notebooks, certificates of shares, company correspondence, ledgers, publicity material, the company prospectus, and photographs, all of which can be viewed in the Archives Reading Room.

Editor’s note: This post was adapted from an article written by Chak Yung that originally appeared in Archives Newsletter Volume 5, Number 2: Fall 2009

Black History Month: Celebrating Black Authors

Black History Month is upon us and it is time to reflect, recognize, and revere the numerous contributions that black authors have made to our society. Therefore, it is our pleasure to highlight some influential black authors (whose works we have in the stacks at Florida State University Special Collections and Archives).

Maya Angelou

  • Occupation: poet, singer, activist
  • Born: April 4, 1928
  • Hometown: St. Louis, Missouri
  • Quote: “Prejudice is a burden that confuses the past, threatens the future and renders the present inaccessible.”
  • Famous Works: “I Know Why the Caged Bird Sings” (1969), “And Still I Rise” (1978), “Phenomenal Women: Four Poems Celebrating Women” (1995)
  • In Special Collections: “Life Doesn’t Frighten Me” (1993) (Gontarski- PS3551.N464 L54 1993)
Source: Jack Delano

Langston Hughes

  • Occupation: poet, novelist, playwright, activist
  • Born: February 1, 1902
  • Hometown: Joplin, Missouri
  • Quote: “An artist must be free to choose what he does, certainly, but he must also never be afraid to do what he might choose.” 
  • Famous Works: “I, Too” (1926), “Montage of a Dream Deferred” (1951), “The Weary Blues”(1926), “Let America be America Again” (1936)
  • In Special Collections: “Shakespeare in Harlem” (1942) (Vault- PS3515.U274 S5), “Black Misery” (1969) (Gontarski- PS3515.U274 B5 1969), “The Dream Keeper and Other Poems” (1994) (Shaw- PS3515.U274 D74 1994), “One-Way Ticket” (1948) (Rare – PS3515.U274 O5), and more.
Source: Tullio Saba on Flickr

James Baldwin

  • Occupation: novelist, playwright, poet, activist
  • Born: August 2, 1924
  • Hometown: Harlem, New York, New York
  • Quote: “It is certain, in any case, that ignorance, allied with power, is the most ferocious enemy justice can have.”
  • Famous Works: “The Fire Next Time” (1962), “If Beale Street Could Talk” (1974), “Go Tell It on the Mountain” (1953), “Notes of a Native Son” (1955)
  • In Special Collections: “Letter from a Region in my Mind” (1962) (Rare- E185.61.B196), “School Readings by Grades” (1897) (Shaw – PE1117 .B281-B286 1897)
Source: U.S. Coast Guard

Alex Haley

  • Occupation: writer
  • Born: August 11, 1921
  • Hometown: Ithaca, New York
  • Quote: “In every conceivable manner, the family is link to our past, bridge to our future.”
  • Famous Works: “Queen: The Story of an American Family” (1993), “Mama Flora’s Family” (1997)
  • In Special Collections: “Roots” (1976) (Rare- E185.97.H24 A33), “The Autobiography of Malcolm X” (1965) (Grove- E185.97.L5 A3 1966b)
Source: United States Library of Congress

Zora Neale Hurston

  • Occupation: author, anthropologist, filmmaker
  • Born: January 7, 1891
  • Hometown: Notasulga, Alabama
  • Quote: “Love makes your soul crawl out from its hiding place.”
  • Famous Works: “How It Feels To Be Colored Me” (1928), “Sweat” (1926), “Mules and Men” (1935)
  • In Special Collections: “Their Eyes Were Watching God” (1937) (Florida- PS3515. U789 T5 1969), “Dust Tracks on a Road: An Autobiography” (1942) (Florida- PS3515.U789 Z5 1971), “Tell My Horse”(1938) (Florida- F1886 .H87 1938), and more.
Source: Christopher Drexel on Flickr

Toni Morrison

  • Occupation: novelist, essayist, book editor, professor
  • Born: February 18, 1931
  • Hometown: Lorain, Ohio
  • Quote: “If there is a book that you want to read, but it hasn’t been written yet, you must be the one to write it.”
  • Famous Works: “Beloved” (1987), “Song of Solomon”(1977), “Sula” (1973)
  • In Special Collections: “Five Poems” (2002) (Rare- oversize PS3563.O8749 A6 2002), “The Big Box” (1999) (Gontarski- PZ8.3.M836 Bi 1999), and more.

Pictured above are just a few of the pieces we have in Special Collections by these authors. (Slide 1: “Life Doesn’t Frighten Me” by Maya Angelou, Slide 2-3: “Shakespeare in Harlem” by Langston Hughes and signed, Slide 4-6: “Letter from a Region in my Mind” by James Baldwin, Slides 7-9: “Five Poems” by Toni Morrison)

By no means is this an exhaustive list of the amazing black authors whose works we hold on our shelves. Here at SCA, we have a plethora of black literature including novels, poems, children’s books, and historical materials. Black History Month is the perfect time to delve into these works, so head to Special Collections in Strozier and let us know what you want to read. We look forward to seeing you here!

Beauing Around

Our Creative Fellow has been doing a deep research dive into a book that we all love: the Linguistic Atlas of New England, a multi-volume title documenting regional accents and dialects in New England circa 1931-1933. Researchers visited 213 communities and asked 416 people what words they used to describe common situations (for instance, “lightly raining”) and also how they pronounced common phrases. Pronunciation was documented via a modified version of IPA transcription and printed directly onto maps, with a sidebar listing respondents’ words and phrases.

In honor of the upcoming Valentine’s Day holiday, we thought we’d highlight some of the pages in the Linguistic Atlas documenting interpersonal relationships.

First, here is the record of how respondents asked, “May I escort you home?”

May I Escort You Home

Don’t miss the very sweet response next to 29: “That’s what you say if you want to shine up to a girl after [prayer meeting].”

Presumably after having a nice time escorting someone home, a couple may end up “courting” or “sparking.” (You can see the “delightful” Rhode Island accent in the IPA transcription of “sparking” below.)


I’m not sure how I feel about referring to a marriageable young woman as “good sparking wood,” but I guess no one asked my opinion.

There’s also the (possibly more serious?) “Keeping Company,” including the memorable “beauing her around.”

Keeping Company

If you’ve been keeping company with someone nice, you may find that you become quite fond of her.

Fond of her

Maybe you even want to make things official?!




Of course, SHE may not want to make things official. She might even… GIVE HIM THE MITTEN!

Gave Him the Mitten

 

 

 

 

Black Men of Amherst, 1877-1883

In the first edition of Black Men of Amherst, Harold Wade says this about the list of black graduates in Appendix I:

The list below is of those students attending Amherst who were clearly identifiable (from either yearbook photos or written references) as black Americans. The list is of course incomplete. Whenever in doubt, the author has chosen to eliminate names; those blacks, known in the black community as blacks but passing for white, have not been included. Students in the 19th century are identified from written reference only. Thus, only blacks of some accomplishment would be known. For example, there were blacks at Amherst in the 1870s, but their names are now unknown. Their existence, though, is certain.

As we prepare for the Amherst College Bicentennial celebrations in 2020-2021, the Archives is working closely with Digital Programs to make more college history material available online than ever before. You can read about the various projects under way on their blog: https://digitalcollections.wordpress.amherst.edu/ 

The Amherst College Class Album Collection is a previously untapped resource that is part of our digitization program for the Bicentennial. You can read more about class albums here, but the short version is that they were a way for classes to collect and share photographs of their professors and classmates before the age of modern yearbooks. Our goal is to digitize one album for each class year between 1853 and the end of the collection in 1909.

One result of working with the Class Albums is turning up evidence of those black men of Amherst that Wade knew existed. While the class albums are not yet available in Amherst College Digital Collections, here we offer a preview: five black men of Amherst whose names were not included in Harold Wade, Jr.’s book.

Class of 1877

Madison Smith x1877

Proceeding chronologically, the first black student of the 1870s appears to be Madison Smith, about whom we know very little. According to our alumni records, Smith was born in Scotland Neck, North Carolina on December 8, 1850. He prepped for Amherst at Phillips Academy Andover and attended Amherst College from 1873 until 1875. Our records indicate that he died on August 15, 1875; fortunately, The Amherst Student published a memorial to Smith in the October 9, 1875 issue:

Madison Smith in Amherst Student 1875

Less is known of his classmate, Charles Sumner Wilson:

Charles Sumner Wilson x1877

Wilson was born in Salem, Massachusetts on November 17, 1853; he prepped at Salem High School then attended Amherst College from 1873 until 1875. Our records say he then attended Tufts in Boston from 1876-1877. Apart from a note in the alumni directory that says “In law office, Salem 1877-(?). d. Danvers Jan 17 1904.” we know nothing of Wilson’s life after Amherst.

Class of 1878

The life of Charles Henry Moore is more thoroughly documented; he was born in Wilmington, North Carolina on June 6, 1855. He prepped at the Preparatory Department of Howard University and spent some time at Smith Academy in Hatfield, Massachusetts before spending four years at Amherst.

Charles Henry Moore 1878

Moore returned to the south after graduation and was instrumental in advancing the cause of black education in the region. This earlier blog post gives a much fuller description of his life and accomplishments.

Class of 1879

Similar to Moore, Wiley Lane also pursued a career in education after graduation from Amherst College in 1879.

Wiley Lane 1879

Lane was born in Elizabeth City, North Carolina in 1852 and, like Moore, prepped for Amherst at the Howard University Preparatory Department. He spent 1873-1877 at Howard and 1877-79 at Amherst where he became a scholar of classical literature and culture. Immediately after graduation he returned to Howard University where he served first as Assistant Principal, then Principal of the Normal Department (1880-1883) then Professor of Greek from 1883-1885. Lane’s death from pneumonia in February 1885 is reported in The Amherst Student for February 28, 1885:

Wiley Lane in Amherst Student 1885

Class of 1883

Wilbert Lew was born in Gardner, Massachusetts on May 6, 1881; he attended Gardner High School before coming to Amherst. He graduated with the class of 1883 and studied veterinary medicine at Battle Creek, Michigan. After a brief time with the J. N. Leonard silk factory in Florence, Massachusetts (1888-89), he established himself as a veterinary surgeon there from 1889. He died in Amherst in September 1923.

Wilbert Lew 1883

Lew provided a biographical sketch and an up-to-date portrait for the class of 1883’s 25th Reunion book:

Wilbert Lew 25th Reunion

There may be other nineteenth-century black students that we have yet to identify, but we are pleased to update Wade’s assertion: there definitely were black students at Amherst in the 1870s and (some of) their names are now known.

State of the Digital Library

In 2019, we added 11 new collections to the digital library. We also added 1,414 new books (over 71,000 pages). 6,759 images, 1,028 newspaper issues and 3,707 PDF files. All added up with all the other types of files we loaded, we added 13,760 new items in the digital library in 2019! Now, the more interesting question, what are people looking at in the digital library?

We can’t break these numbers down by year easily unfortunately so these are the top viewed items in the Digital Library as of early February 2020:

Dissertation of Paul A. M. Dirac for Ph.D. degree, Paul A.M. Dirac Collection: 20,517
Golden bells, or, Hymns for our children, multiple collections: 7,113
Ringling Bros. and Barnum and Bailey clown college, Harrison Sayre Collection Posters: 6,463
Child’s ABC of the war, multiple collections: 4,982
Il Secolo (Milan, Italy) (newspaper object only): 3,602
Stephen Graham’s notes from travels in the Jim Crow-era South, Stephen Graham Papers: 1,875
Joyfull newes out of the new found world, Cookbooks and Herbals: 1,738
Le Moniteur universel (newspaper object only): 1,654
All about cookery, Cookbooks and Herbals: 1,371
Tallahatchie Civil Rights Driving Tour, Davis Houck Papers: 1,331

Title page from Mrs. Beeton’s All About Cookery, 1890

I separated out the most views in the Heritage & University Archives (HUA) items as those are a different set of materials with a different audience than the rest of our digital collections. In news that will surprise few, FSU football items dominate the top viewed materials with the university archives. The top viewed items in the HUA collections as of early February 2020:

Florida Flambeau (newspaper object only): 5,616
2015-16 Florida State University Fact Book: 3,606
Tally-Ho 1952, FSU Yearbook: 1,306
Dorothy Price at FSCW, Florida State College for Women Photographs: 1,289
1980-81 Florida State University Bulletin General Information: 1,072
1993 Florida State Seminoles Football Media Guide: 1,000
Vernon Fox, Criminology, FSU Historic Photographs: 956
President Campbell with Werner Baum: 895
Florida State Football Team, 1962: 845
“A Cannibal Wife” in the Zo-Imba Production, Pat Arrants Collection 1955-1958: 835

“A Cannibal Wife” in the Zo-Imba Production (don’t you wonder what is happening here?!)

Explore all the items in the FSU digital library and see what you can find!

A New Path for Exploration: Record Group Explorer

NARA staff have been developing a new digital tool that you can use to explore our records. The tool draws from over 100 million digital copies in our Catalog. And we are adding more digital copies every day. This can be overwhelming, especially to new users of the Catalog. 

So we have been working to develop an interface for you to understand the scale (enormous) and organization of our holdings and to explore what we have available online (also huge, but relatively small in comparison to the total). Note that this is still under development, but we would like you to take a look at our Record Group Explorer. 

The home page is a visualization of our holdings organized by the traditional archival record group, which is a grouping of records from a major government agency, usually a bureau or independent agency.  

You can click on any of the blue boxes, and when you do, you are provided with an overview of the scans available online within that Record Group and links that encourage further discovery.  The smaller dark blue squares indicate how much of that record group has been digitized and is available online. The goal is to help you see at a glance that even though we have so many digital copies available online, they are just the beginning point for exploration of our records. 

To provide more specific information about textual records within a Record Group that have been scanned and are available online, each Record Group page includes a progress bar.  

We also provide paths into each Record Group by the general types of records that are available online. Each Record Group is unique, but most of them have textual records, maps and charts, photographs, others have electronic records, audio and video records.

We made sure to let you know that we have much more work to do to make all of our records available online.  And we offer a way for you to work with us to improve the findability of our records.

The Record Group Explorer continues to be a work in progress. Currently the tool is slow in bringing back records from the Catalog and we are working to improve performance. As we continue to collaborate, innovate and learn, your patience will be rewarded with the treasures of the National Archives.  So try it out and tell me, what do you think?

On the American Public’s Favorite Symphonies

From the October 1940 WQXR Program Guide:

Henry W. Simon is the music critic of the newspaper PM. He is also a member of the faculty of Columbia University, a writer, and an authority.

I have a friend, an ex-music critic and symphony orchestra player. Businessmen who met him thought he was so bright and knew public tastes so well that they hired him away from music, and now he earns three times as much as any orchestral player or music critic. All he has to do is tell his bosses what the public really likes.

So when WQXR asked me to write a little piece on what the public really likes in symphonies, I could think of no single person better equipped to give me the answers.

“Easy,” he said. “They like best of all the Tchaikowsky Pathetique, then the Cesar Franck, and then the Schubert Unfinished.

And he didn’t charge me a nickel.

Only, he was wrong. He was wrong in everything excepting his order, as I found out when the next mail placed on my desk a survey conducted last winter by WQXR. His first choice rated fifth, his second sixth, and his third thirteenth.

So spectacular a failure from so knowledgeable a chap was worth discussing. So we discussed it and decided that there were two reasons.

The first was that my friend had had his musical ex­periences in a middle-western city. New York hears several times as much symphonic music in its concert halls as any other American city; and regular WQXR listeners, among whom the poll was taken, probably hear several times as much symphonic music as other New Yorkers (excepting, of course, professional reviewers). It is reasonable to suppose that those who are frequently exposed to the too-limited standard repertoire will have different tastes from those who hear symphonic music comparatively seldom.

A more significant reason for my friend’s failure lay, I think, in the fact that he left music almost five years ago. Since then music tastes have changed. Through the radio and the phonograph, our national taste has become more matured, more experienced. Of the three sym­phonies chosen by my friend, the Pathetique has earned a reputation (false, I think) of being too-too sentimental; and the Cesar Franck, itself rather too repetitious, stands up least well of all great symphonies under frequent repetition. I cannot satisfactorily explain the lowly thir­teenth place that the Unfinished holds in the WQXR list unless it gets there from the sick-making words song­writers fastened on to the exquisitely beautiful second theme of the first movement.

Readers of this essay will probably recall that the WQXR list was headed by the Beethoven Fifth. There’s an indestructible symphony. I heard it first twenty-nine years ago when my mother took me to watch Isadora Duncan dance to (or should I say “against”?) it. I have heard it several times a year ever since, and during one three-week period last winter, I heard it no fewer than fourteen times. I have heard it played in four-hand piano arrangements and by a brass band in Rome. I have com­mitted it myself in an arrangement for violin and piano. It’s a little late in the day to be writing encomiums on the indestructibility of the Fifth, but I look forward to the next fifty repetitions.

Not that indestructibility alone makes a “favorite.” Sometimes I think that one’s favorite symphony must be the last one heard in a first-rate performance. If that is so, it is surprising that the WQXR list is so limited chronologically. The first eighteenth-century work is the Mozart G minor way down on the list at number 17. There isn’t any Haydn at all. As for twentieth-century symphonies, there is only one, the Sibelius Second, and that is less modern harmonically and in spirit than a good deal of nineteenth-century music. In fact, it squeezes into the current century only on a technicality, having been composed in 1901.

I wish we’d get over the idea that symphonies written for fewer than sixty players aren’t so good as the ones written for more. I wish we’d learn to like music that isn’t in a completely familiar idiom. I wish our tastes were more catholic. Then there would be even more fun with the radio and phonograph, and our conductors, too, might become more venturesome.

As for my public-relations-counselor friend, he’d be more happily wrong than ever.

 

Accepting Responsibility, Working to Rebuild Your Trust

On Saturday, the National Archives and Records Administration (NARA) issued a public apology for having displayed an altered photograph at the National Archives Museum in Washington, DC. The public apology reads in full:

We made a mistake. 

As the National Archives of the United States, we are and have always been completely committed to preserving our archival holdings, without alteration.    

In an elevator lobby promotional display for our current exhibit on the 19th Amendment, we obscured some words on protest signs in a photo of the 2017 Women’s March. This photo is not an archival record held by the National Archives, but one we licensed to use as a promotional graphic. Nonetheless, we were wrong to alter the image.

We have removed the current display and will replace it as soon as possible with one that uses the unaltered image.

We apologize, and will immediately start a thorough review of our exhibit policies and procedures so that this does not happen again.

Yesterday, I sent an apology to NARA staff members as well. Their commitment to integrity, transparency, our mission, and the public good is well established. I am very sorry that these attributes have been called into question in any way. 

To be clear, this decision was made without any external direction whatsoever.  

In the elevator lobby outside our Rightfully Hers: American Women and the Vote exhibit, we had mounted a lenticular display using an archival photograph of the 1913 suffrage march on Washington with a commercially-licensed photograph of the 2017 Women’s March. Both photographs had been taken from the same location and angle, so as the viewer moved from one position to another the images blended and changed. NARA had blurred words in four of the protest signs in the 2017 march photograph, including President Trump’s name and female anatomical references. 

We wanted to use the 2017 Women’s March image to connect the suffrage exhibit with relevant issues today. We also wanted to avoid accusations of partisanship or complaints that we displayed inappropriate language in a family-friendly Federal museum. 

With those concerns in mind, and because the image was not our archival record, but was commercially-licensed and used as a graphic component outside of the gallery space, we felt this was an acceptable and prudent choice.

However, we wrongly missed the overall implications of the alteration. Our action made it appear as if we did not understand the importance of our unique charge: as an archives, we must present materials – whether they are ours or not – without alteration; as a museum proudly celebrating the accomplishments of women, we should accurately present not silence the voices of women; and as a Federal agency serving the American public, we must incorporate non-partisanship into everything we do. 

We are now working to correct our actions as quickly and visibly as possible. 

On Saturday afternoon, we removed the lenticular display and replaced it with our apology letter. On Sunday, we placed a photograph of the 1913 rally where the lenticular display had hung and placed the apology letter prominently next to the photo. Today we added the unaltered image of the 2017 march, placing it side-by-side with one from the 1913 rally. We are having the original lenticular display re-fabricated without the alterations, and we will install it in its original location as soon as it is available. I remain proud of the Rightfully Hers exhibit and the work of the National Archives staff to address issues related to the ongoing struggles of women’s rights in this centennial year of the 19th Amendment. 

Photograph installation in the elevator lobby outside the Rightfully Hers exhibit in the Lawrence F. O’Brien Gallery. Photo by Susana Raab, January 22, 2020.

Our credibility, so important to our mission, understandably has been questioned. We have begun to examine internal exhibit policies and processes and we will incorporate external best practices to ensure something like this never happens again. In addition to our public apology and my letter to staff yesterday, we will be apologizing to our colleagues in the archives, museum, library, education, and other fields, as well. 

As the National Archives and Records Administration, we are first and foremost a government archives. Our mission is to preserve and provide public access to Federal Government records in our custody and control. Our records allow Americans to claim their rights of citizenship, to hold their government accountable, and to understand their history so they can participate more effectively in their government. We serve millions of researchers a year at public research rooms located across the country, online, and in response to written correspondence, email, and telephone requests. Access to these records – and faith in the institution that provides them – is essential to our American democracy.  

I take full responsibility for this decision and the broader concerns it has raised. Together with NARA’s employees, I am committed to working to rebuild your trust in the National Archives and Records Administration. By continuing to serve our mission and customers with pride, integrity, and a commitment to impartiality, I pledge to restore public confidence in this great institution.

New in the public domain 2020

On January 1st, the copyright expired for
some of our holdings: they are now in the public domain in Canada. These materials
may now be legally reproduced and used for any purpose. Here’s a quick look at
some of the images, maps, and documentary art that have become easier to
re-use.

Mary Lewina Henley was born in 1901 and lived at 1933 Robson St., near Stanley Park, until 1926. A label on the back of the frame of this painting reads “Caretaker’s cottage, that used to be about where Lord Stanley’s monument is now, and was at the top of the hill after coming over to old Stanley Park causeway – in the foreground where large trees – painted by me in 1914 – usually a peacock sunned on the little lawn.”

Caretaker’s cottage, by Mary L. Henley. 1914. Reference code AM1562-: 74-453

This is a detail from one section of a 4-sheet sectional plan that shows areas that are prone to flooding. Elevation contours are included, as well as the street grid and other features.

Reference schedule AA – Floodplan map. Probably created between 1952 and 1969. Reference code AM1594-: MAP 720a

Here’s a postcard of the Princess of Vancouver diesel ship, part of the Canadian Pacific Railway coastal fleet.

Postcard image of Princess of Vancouver, about 1969. Reference code AM1052-: 2012-023.3

This image from the Pacific National Exhibition fonds effectively shows the force felt by riders of The Whip.

Girls on “The Whip” amusement ride in P.N.E. Gayway. Photographer: Ken Orr. Date: 1960s. Reference code AM281-S8-: CVA 180-3891

This is just a small selection of the items which have recently come into the public domain. Please note that some of these digitized images will only be available online  after our system upgrade in a few weeks.

Universidad de Guelph analiza su participación histórica en la investigación, la enseñanza y la práctica opresiva

Las universidades deben abrir sus archivos y compartir sus pasados ​​opresores

Por primera vez, una universidad canadiense, la Universidad de Guelph, se está reconciliando con su historia de la enseñanza de la eugenesia. Pocas universidades en Canadá han analizado de cerca su participación histórica en la investigación, la enseñanza y la práctica opresivas. Menos aún han hecho accesibles sus archivos.

Los archivos de las instituciones académicas pueden contar historias de eugenesia nunca antes contadas. Las universidades pueden comenzar a deshacer los legados opresivos abriéndolos a artistas y comunidades. (Pakula Piotr / Shutterstock)


Durante la primera mitad del siglo XX, el movimiento eugenésico tuvo estrechos vínculos con instituciones postsecundarias. Por ejemplo, los líderes de la Universidad de Alberta también participaron en el movimiento eugenésico y en la Junta de Eugenesia de Alberta . Dos de los tres colegios fundadores de la Universidad de Guelph, el Instituto Macdonald y el Colegio Agrícola de Ontario, enseñaron oficialmente eugenesia entre 1914 y 1948 .

Una vez, la eugenesia difundió la idea profundamente dañina de que es posible, e incluso deseable, mejorar la raza humana a través de la cría selectiva. Finalmente, generó políticas destinadas a erradicar a los considerados “no aptos” a través del confinamiento institucional, el matrimonio restrictivo, las leyes de inmigración y la esterilización. La eugenesia fue considerada una ciencia desde principios de 1900 hasta la década de 1930, cuando su reputación científica comenzó a declinar y cambiar .
Exhibiendo eugenesia

Las universidades canadienses tienen acceso restringido a los archivos que implican a sus instituciones para beneficiarse de las ideas y prácticas opresivas. Kathryn Harvey, archivero principal de la escuela, puso a nuestra disposición el archivo de la Universidad de Guelph.

Utilizando los archivos, desarrollamos una exposición multisensorial multisensorial en el Museo Cívico Guelph llamada Into the Light: Eugenics and Education in Southern Ontario , que comenzó en septiembre de 2019 y se extiende hasta marzo de 2020. Es la primera de es amable para sacar a la luz la difícil historia de la participación de la universidad canadiense en la enseñanza de la eugenesia.

Into the Light es co-creado por Mona Stonefish (nuestro proyecto Elder), Peter Park, Dolleen Tisawii’ashii Manning, Evadne Kelly, Seika Boye y Sky Stonefish, con el apoyo clave de Carla Rice (Centro de Revision), Dawn Owen (Guelph Civic Museum) y Sue Hutton (Respetando los derechos, un proyecto en el Centro de Derecho de Discapacidad ARCH). Reúne a personas indígenas y discapacitadas que llevan historias personales de confinamiento forzado y esterilización.

La exposición abarca la discapacidad y las prácticas curatoriales descolonizadoras que perturban y perturban. Al presentar expresiones artísticas, sensoriales y materiales de la memoria a través de diferentes formatos, “habla las duras verdades del colonialismo”, como escribe la estudiosa de Ho-Chunk, Amy Lonetree . Al mostrar más de 30 años de documentos del curso de eugenesia (1914-48) del Instituto Macdonald y el Colegio Agrícola de Ontario , es una rara oportunidad para considerar cómo se enseñó y practicó la eugenesia en Ontario.
Enseñanza de la eugenesia

En Into the Light , los documentos del curso de eugenesia van acompañados de múltiples perspectivas. Tomemos, por ejemplo, una de las diapositivas del curso, titulada ” Clasificación eugenésica de la población humana ” que se mostró inicialmente en el Segundo Congreso Internacional de Eugenesia en 1921.

‘Clasificación eugenésica de la población humana’. La imagen muestra un cuadro con una lista de los considerados eugenéticamente aptos, seguido de una lista de los no aptos. (Cortesía de Archivos y Colecciones Especiales, Universidad de Guelph)

El gráfico muestra la conexión entre la eugenesia y el colonialismo británico. En él, Cecil Rhodes está clasificada como una persona “superior” de “genio”. En 1921, Rhodes fue celebrado por su contundente agenda de supremacía blanca y colonial británica. Hoy, Rhodes es reconocido como uno de los primeros arquitectos del apartheid, una política que involucró la deshumanización sistemática de la población negra de Sudáfrica desde 1948 hasta 1994.

También se muestran en el cuadro los rasgos eugenésicos de aquellos a quienes los eugenistas consideran “no aptos”, incluidas las personas clasificadas como débiles, pobres, criminales y epilépticos. En el proceso de reclamar la tierra y sus pueblos, los administradores coloniales canadienses, oficiales, médicos, educadores y científicos enmarcaron a los Primeros Pueblos como discapacitados y “incapacitados mentales” para justificar sus acciones. Como la estudiosa descolonizadora Karen Stote escribe en An Act of Genocide , esto fue un precursor de la esterilización poco ética y la institucionalización forzada.

Los efectos del colonialismo y la eugenesia se ven en dos grandes pilas de sacos de comida. Los sacos revelan el trabajo forzado doméstico y agrícola impuesto a quienes fueron colocados, a veces violentamente, en instituciones residenciales de Ontario.

Los sacos están acompañados por el olor a papa podrida para evocar la sensación de que se les niega la comodidad y la nutrición.

El curso de eugenesia suprimió el pensamiento independiente y los conocimientos experimentales. Pero Into The Light centra las experiencias de sobrevivientes una vez marginados y alienta a los espectadores a pensar críticamente.


Como se demuestra en esta imagen, la comida a menudo se usaba para perpetuar el colonialismo. En una sección de la exhibición en el Museo Cívico Guelph, hay una pila de sacos de papa, creados por los artistas, que muestra una imagen estereotípica de un ‘indio’ con ‘Marca Eugenia’ escrita en los sacos. La luz brillante fluye entre los sacos. (Evadne Kelly)


El efecto de la eugenesia.

La exposición ha tenido un impacto discordante en los estudiantes universitarios, especialmente aquellos en psicología, sociología, desarrollo humano, ciencias políticas y trabajo social que buscan carreras en las mismas profesiones que una vez apoyaron la eugenesia.

Un estudiante graduado de psicología, por ejemplo, habló sobre cómo su relación con la Universidad de Guelph se transformó después de visitar la exposición. Cuando se enteró del papel de la universidad en la enseñanza de la eugenesia, su orgullo se convirtió rápidamente en sentimientos de incomodidad y desorientación. Pero se volvió abierto y ansioso por cambiar cuando se dio cuenta de que la universidad decidió exponer y abordar su historia en lugar de tratar de ocultarla.

Para los sobrevivientes y los grupos perjudicados, la exhibición de documentos de archivo también ha tenido un impacto. Una sobreviviente del Instituto Mohawk y la Escuela de Capacitación para Niñas dijo que se sintió aliviada y validada después de décadas de ser silenciada, negada e incrédula, lo que agravó los crímenes que experimentó debido a la eugenesia.

Dalhousie University y Ryerson University son dos escuelas con vínculos estrechos con figuras del siglo XIX que se beneficiaron de la opresión, la esclavitud y la colonización: Lord Dalhousie y Egerton Ryerson, respectivamente. Ambas escuelas están llegando a un acuerdo con estas historias. Están estableciendo paneles académicos y procesos de consulta con grupos agraviados, que pueden abordar las actitudes, políticas y prácticas coloniales, racistas y capacitadas.

Los archiveros, bibliotecarios, investigadores y administradores universitarios de todo el país deberían trabajar con las comunidades para encontrar formas significativas de hacer que sus archivos sean accesibles para aquellos a quienes se dirigen ideas y prácticas destructivas. Descubrir historias ocultas del pasado cuestiona nuestras formas de hacer las cosas en el presente; Para los grupos agraviados y que buscan justicia, un pasado abierto abre más posibilidades justas para el futuro.

Autor: Emily Costello

Programas de Recuperación de Datos

No pierdas tus archivos con los mejores programas de recuperación de datos
https://www.softzone.es/


Disco duro roto

Hay muchas causas por las que podemos perder nuestros archivos personales. Por ejemplo, un fallo en el disco duro, un virus, un error en Windows, incluso por errores humanos. Siempre recomendamos contar con copias de seguridad de nuestros datos más importantes de manera que. si ocurre algo, podemos recuperarlos rápidamente y no perdamos ese material que, aunque pueda no tener valor económico, tiene un gran valor sentimental. Sin embargo, cuando ocurre una desgracia, y no tenemos copia de seguridad de los datos, es cuando entran en juego los programas forenses para recuperar datos.

La mayoría de las veces que desaparece un archivo de nuestro ordenador en realidad no se ha eliminado por completo, sino que se ha marcado el espacio que ocupa como «disponible» por una causa y está a la espera de que otros datos lo ocupen. Pero los datos siguen ahí.

Los programas de recuperación de archivos se aprovechan de esto. En lugar de leer el índice del disco duro, estos realizan una exploración completa de su superficie y registran todos los archivos y carpetas que hay creados en ellos. Así encontraremos todos los archivos que podemos ver, y todos los que, por algún motivo, han desaparecido. Y, partiendo de esos datos, nos permiten hacer una copia de los mismos para recuperarlos.

En Internet podemos encontrar una gran cantidad de programas de recuperación de datos, tanto gratuitos como de pago. A continuación, vamos a ver cuáles son los mejores para Windows de manera que, si nos vemos en esta situación y no tenemos copia de seguridad, podamos recuperar nuestros datos.
Aspectos importantes a tener en cuenta antes de recuperar datos

Usar estos programas no garantiza que podamos recuperar los datos. Igual que no todos los programas son igual de precisos ya que depende de los algoritmos que utilicen. Si los datos los acabamos de eliminar, y no hemos usado nada el ordenador, la probabilidad de recuperarlos es bastante grande. Sin embargo, cuanto más tiempo pasa y más usamos el ordenador, esta probabilidad disminuye, ya que es muy probable que se sobrescriban sectores con partes del archivo que queremos recuperar.

Es importante recordar que el programa de recuperación hay que instalarlo en un disco duro diferente al que tiene los datos que vamos a recuperar. Si lo instalamos en el mismo disco duro o en la misma unidad, es probable que sobrescribamos los datos que precisamente estamos intentando recuperar.

Lo mismo ocurre cuando encontramos los datos que queremos recuperar. Es muy importante que, al guardarlos, lo hagamos en un USB o en un disco duro diferente al que tenía originalmente los datos. Así reduciremos la probabilidad de sobrescribir los sectores y perder toda oportunidad de recuperar los datos.

Los procesos de análisis y recuperación suelen ser, generalmente, muy lentos. Dependen del tipo de disco duro o SSD y del tamaño del mismo. Es necesario tener mucha paciencia para tener éxito en la recuperación de los datos.


Mejores programas gratis para recuperar datos eliminados
Recuva

Seguro que alguna vez hemos oído hablar de Ccleaner, el software de limpieza y optimización de Windows. Recuva es un programa gratuito creado por la misma compañía, Piriform (que actualmente es propiedad de Avast).

Este programa cuenta con una interfaz muy sencilla de seguir que nos va guiando en cada paso para analizar nuestros discos duros, buscar los archivos que se han eliminado y permitirnos recuperarlos. Además de contar con un asistente muy claro, permite recuperar todo tipo de archivos, incluso emails que hayamos eliminado de nuestro PC o documentos de Word que no hayamos guardado a tiempo.

Cuenta con funciones de recuperación sencillas y rápidas y con un modo de análisis en profundidad para buscar los datos que hayan sido eliminados del disco y no se detecten durante el análisis inicial. Es compatible con Windows, y además es capaz de escanear unidades externas, incluso iPod, y discos duros dañados y formateados.



EaseUS Data Recovery Wizard

EaseUS Data Recovery Wizard es otro de los programas de recuperación de datos más populares que podemos encontrar para Windows. Este programa cuenta con uno de los algoritmos más precisos a la hora de analizar unidades y detectar y recuperar datos.

Permite recuperar desde datos que se han eliminado de la papelera de reciclaje por error hasta los archivos de unidades formateadas. Cuenta con un modo de escaneo rápido del disco duro, y luego con un modo de análisis muy profundo para los datos más complicados de eliminar. Incluso cuenta con métodos de recuperación flexibles según el tipo de archivos que estemos intentando recuperar.


Testdisk y PhotoRec

Cuando tenemos un problema con una partición o con el formato de un disco duro (por ejemplo, si el disco duro se ha vuelto RAW), Testdisk es uno de los mejores programas a los que podemos recurrir. Este programa no recupera los datos como los demás, sino que se centra en leer la estructura del disco duro y regenerar de cero la tabla de particiones. De esta manera los datos vuelven a estar disponibles y accesibles desde el ordenador.

Si necesitamos un software de recuperación forense, junto a Testdisk podemos encontrar PhotoRec. Creado inicialmente como un software de recuperación de fotos de cámaras, a día de hoy es un potente software que nos permite recuperar cualquier tipo de archivo eliminado del ordenador. Cuenta con una gran variedad de formatos y tipos de archivos compatible, es multiplataforma y, además, totalmente gratuito y de código abierto. Un software que, sin duda, puede salvarnos de una buena.


MiniTool Power Data Recovery

Otra alternativa gratuita para recuperar archivos eliminados de nuestro ordenador es MiniTool Power Data Recovery Software. Este programa cuenta con una gran variedad de herramientas que nos permiten analizar nuestro disco duro, tanto superficialmente como en profundidad, hasta encontrar los archivos que hemos perdido.

Algunas de las mejores características que nos ofrece este programa de MiniTool son, por ejemplo, la posibilidad de recuperar archivos que estuvieran usando la compresión de NTFS, soporte para todo tipo de discos duros, unidades de almacenamiento e incluso memorias USB, especialización a la hora de buscar y recuperar fotografías y un excelente motor de análisis y recuperación que aumenta la probabilidad de éxito.


PC Inspector File Recovery

Este programa es otro de los más sencillos y rápidos a la hora de recuperar archivos borrados de nuestros discos duros. Las principales características de esta alternativa son, por un lado, que es capaz de encontrar particiones FAT eliminadas y recuperarlas tal cual, con todos sus datos (aunque esto no funciona con NTFS). Y, por otro lado, es capaz de recuperar la marca de fecha de los archivos eliminados. Esto nos permite, principalmente, copiarlos a unidades de red (como un NAS, un USB en nuestro router, u otro ordenador) sin problemas.


Wise Data Recovery

Este programa funciona de forma similar a los anteriores. Cuando lo ejecutamos, Wise Data Recovery analiza toda la estructura del disco duro para encontrar todos los datos que hayan sido eliminados o hayan desaparecido para poder recuperarlos. Es compatible con los principales sistemas de archivos de Windows (FAT, exFAT y NTFS), y cuenta con una interfaz muy sencilla de usar. Además, cuenta con una opción de búsqueda que nos ayudará a encontrar datos con mucha más rapidez que otros programas.


Glary Undelete

Si estamos familiarizados con otro software de Glarysoft, entonces seguro que nos interesa probar Glary Undelete. Este es otro programa de recuperación de datos eliminados de discos duros, gratuito y muy sencillo de usar, que nos puede salvar de un problema.

Este programa es compatible con los sistemas de archivos de Microsoft, como NTFS, Fat y exFAT, y cuenta con todo tipo de funciones y características que nos ayudarán a la hora de recuperar los datos de nuestras unidades. Cuenta con un buscador de archivos y una gran cantidad de filtros que nos permitirán encontrar mucho más rápidamente los archivos que estamos buscando.


Puran File Recovery

No hay mucho más que añadir a este programa. Otra alternativa gratuita más, con algoritmos diferentes, para ayudarnos a recuperar los archivos eliminados de nuestro ordenador. Es compatible con los principales sistemas de archivos de Windows, y además es capaz de analizar y recuperar datos de cualquier tipo de almacenamiento, ya sea disco duro, SSD, memoria flash e incluso CD y DVD.

Cuenta con un sistema de análisis profundo para detectar y recuperar los archivos más escondidos y permite incluso recuperar particiones completas. También detecta cambios de formato basándose en patrones en el código de determinados archivos, útil cuando estos han desaparecido a causa de un virus.


ADRC

Aunque lleva tiempo sin actualizarse, este programa sigue siendo otra excelente alternativa para recuperar datos borrados o eliminados de cualquier ordenador. ADRC es compatible con una gran cantidad de sistemas de archivos y cuenta con funciones complejas para la detección y recuperación de estos datos. La interfaz del programa es muy clara y sencilla de utilizar, además de contar con todo tipo de herramientas que permiten, por ejemplo, generar el arranque del sistema cuando este falla.


Stellar Data Recovery

Por último, Stellar Data Recovery es otro de los programas para recuperar datos eliminados de nuestros discos duros que podemos descargar y usar de forma gratuita. Este programa es compatible con todo tipo de unidades de almacenamiento y es capaz de detectar y recuperar prácticamente cualquier tipo de archivo. Una alternativa más a tener en cuenta cuando las anteriores, por algún motivo, no funcionan o no nos dejan recuperar los datos.

Mejores programas de pago para recuperar datos borrados

Muchos de los programas gratuitos que acabamos de ver en el punto anterior tienen sus correspondientes versiones de pago. Estas suelen ser bastante más completas y profesionales que las anteriores, y además eliminan algunas de las restricciones (por ejemplo, de tamaño) con las que nos podemos topar.

Además de ellas, también existen otros programas mucho más profesionales, exclusivamente de pago, que nos permitirán salvar la situación cuando todo lo demás falle.


Disk Drill Pro

Disk Drill Pro es uno de los programas más avanzados y profesionales que podemos encontrar para la recuperación de datos eliminados de discos duros. Es compatible con una gran variedad de sistemas de archivos, desde los típicos de Windows, como FAT, exFAT y NTFS, hasta con HFS y EXT.

Este programa puede leer sin problemas discos duros mecánicos, unidades SSD, memorias USB, tarjetas SD y cualquier otro dispositivo de almacenamiento. Sus algoritmos son capaces de detectar prácticamente cualquier archivo del que haya el más mínimo rastro en nuestro disco duro, y tiene funciones que nos permiten incluso pausar y reanudar las búsquedas de datos según necesidades.


Wondershare Recoverit Data Recovery

Otro de los programas de pago más potentes y completos que podemos encontrar para recuperar nuestros archivos. Esta alternativa de Wondershare es capaz de leer prácticamente cualquier sistema de archivos de Windows, macOS y hasta Linux y detectar y recuperar cualquier archivo que se encuentre en él.

Sus puntos fuertes son, por un lado, la posibilidad de generar una vista previa de los archivos antes de recuperarlos, la facilidad para usar este programa y, sobre todo, la rapidez con la que analiza los discos duros y recupera los datos. Además, es compatible con todo tipo de archivos.


Active File Recovery

Este programa es, a grandes rasgos, similar a los anteriores. Cuenta con soporte para los principales sistemas de archivos y es capaz de detectar archivos eliminados con una gran precisión. Sin embargo, quiere diferenciarse de las otras alternativas ofreciendo a los usuarios una alternativa mucho más barata que otras, gracias a un sistema de licencia por suscripción.

Este programa cuenta con dos opciones de escaneo (Quickscan y Superscan) que permiten a cada usuario adaptar las búsquedas según sus necesidades y el tiempo que tengan, además de permitir recuperar los datos incluso cuando Windows no arranca.


R-Studio

R-Studio es otro programa comercial para la recuperación forense de datos. Este programa se caracteriza por ofrecer a los usuarios avanzados una gran cantidad de opciones y herramientas técnicas para una búsqueda y recuperación mucho más eficaz y precisa. Este programa es compatible con todos los sistemas de archivos utilizados y hasta puede recuperar datos de unidades en RAW.


Any Data Recovery

Por último, Any Data Recovery trae a los usuarios una interfaz muy limpia y sencilla de utilizar para que cualquiera pueda sacarle todo el partido a una herramienta de recuperación de datos. Este programa es compatible con los principales sistemas de archivos, como FAT, NTFS, HFS y APFS, además de soportar la búsqueda de más de 550 tipos de archivos diferentes.

Entre sus principales características debemos destacar sobre todo su excelente sistema para previsualizar los datos antes de guardarlos.


Autor: Rubén Velasco

Por fin la oficina sin papel

El final del papel en las oficinas
https://www.lavozdegalicia.es/


El trabajo de la empresa compostelana Unayta se basa en ayudar a las compañías e instituciones a dar el salto definitivo hacia la digitalización de su día a día. Terminan con los documentos, pero también se dedican a la transformación, conservación y difusión de archivos históricos

Ellos acompañan a las empresas y administraciones públicas en uno de los retos más importantes que han tenido que afrontar en las últimas décadas. No importa que sean trámites cotidianos o la gestión de archivos, la digitalización no solo es una realidad, sino una necesidad que afecta a más parcelas del día a día de cualquier organización.

Unayta, con sede en O Milladoiro, se adelantó a esas necesidades en el año 2009 con un primer lema comercial muy revelador: ‘Vive a rede’. «O principal obxectivo era achegar formación a aquelas persoas que quixeran usar a informática e Internet coma un medio normal de comunicación, evitando na medida do posible a quebra dixital», explica Brais Moares, coordinador de producción y márketing. Con estas bases se ponían los cimientos de esta compañía, formada por una decena de talentos especializados en digitalización documental y en proyectos de oficina sin papel. Sus perfiles, de lo más variado para atender las necesidades de cada encargo. El equipo de Unayta está enfocado principalmente a la producción de proyectos, pero también incorpora a técnicos de campo a demanda. «Son sobre todo técnicos informáticos, técnicos en administración e técnicos documentalistas e de arquivos, especialistas en márketing dixital para facer unha boa difusión cultural», apunta Manuel Calvo, responsable de ventas.

Los servicios que más les demanda la empresa privada tienen que ver con la necesidad de eliminar el papel de su realidad. Los servicios de oficina sin papel son los que más les identifican como compañía. «O uso do papel na era dixital resulta máis unha incomodidade que unha plataforma útil. Está claro que aínda custa moito abandonar un hábito tan estendido coma ler ou escribir documentos en papel», comenta Moares, a la vez que detecta que tanto responsables públicos como empresarios son conscientes de que se trata de un paso que tienen que dar. «A seguridade, trazabilidade, custodia e mobilidade, sumando a rendibilidade, forman parte do valor engadido que aportan estes proxectos. Ademais, os beneficios medioambientais e a redución do uso de papel son evidentes», añade.

Sus clientes les piden servicios de firma biométrica, gestión documental y destrucción certificada, captura de datos, factura electrónica, además de custodia documental. También lo hace la Administración, pero en muchos casos incluyendo la organización y catalogación de archivos. «Que unha empresa ou unha institución nos confíe o seu fondo documental para que o clasifiquemos, describamos e dixitalicemos para facer un arquivo e difundilo en redes para que sexa coñecido é o noso maior estímulo. Confiaron en nós dende grandes concellos, confrarías ou grandes compañías agrícolas da nosa comunidade», asegura Brais Moares. Y es que, en muchos casos, manejan grandes joyas de la historia de Galicia. Por ejemplo, el Concello de Ribadeo ha sido uno de los que les ha confiado la tarea de digitalizar sus documentos históricos desde 1573. También, la Coral de Ruada o la Fundación Camilo José Cela. Así, conservan esos valiosísimos archivos en el formato más actual. «Un arquivo dixital é unha plataforma de xestión onlinepensada para organizar e difundir o patrimonio documental de calquera organización. Tanto a súa documentación histórica, coma os fondos fotográficos, son tratados con criterios técnicos e adaptados para ser conservados e publicados», desarrolla Manuel Calvo. Es decir, para cada proyecto hay una metodología y unas necesidades que Unayta debe estudiar. «Moitas fases dos proxectos están pouco valoradas pero son fundamentais. Entendemos a innovación como a adopción de novas formas de actuar sobre un determinado proceso co fin de obter unha maior eficacia cos menores custes», sentencia Calvo.


La importancia de compartir archivos

Compartir archivos: 3 razones lo hacen un imprescindible

https://www.forbes.com.mx/

El conocido “negocio tradicional” ha desaparecido. La tecnología y los dispositivos han cambiado nuestra forma de trabajar, ya sea en una fábrica o en cualquier oficina reconocida.


Con la evolución y desarrollo de dispositivos enfocados a las áreas muchas cosas se han transformado para siempre, pero lo que no ha cambiado es la necesidad de colaboración. Hoy en día el mercado está en constante movimiento, por lo que es fundamental mantenerse actualizado con las tendencias más recientes. Tener y compartir datos actuales son la base para que las empresas puedan innovar, ofrecer más rápido sus servicios o productos y, de paso, llevarle ventaja a su competencia.

La pregunta clave es ¿cómo se debe mejorar la colaboración y lograr que la información esté disponible al instante? La forma más sencilla y económica para comenzar es administrando los documentos e intercambiando archivos.

Estas soluciones transforman el flujo de trabajo, lo que simplifica y agiliza el intercambio de ideas e información. Los documentos, presentaciones, videos y otros archivos que pueden almacenarse en múltiples ubicaciones se pueden centralizar en una nube, desde donde se puede acceder, revisar, editar e imprimir desde casi cualquier dispositivo.

Y cuando su flujo de trabajo se transforma, también lo hace su negocio. El intercambio de archivos mejora la colaboración, aumenta la eficiencia y permite una mayor productividad.

Y cuando su flujo de trabajo se transforma, también lo hace su negocio. El intercambio de archivos mejora la colaboración, aumenta la eficiencia y permite una mayor productividad.

Aquí está el porqué:

1. Acceso a la información cuándo y dónde sea

Tener reuniones con el equipo del proyecto puede resultar poco factible, y a veces complicado, especialmente si consideramos a los trabajadores que se encuentran en otros lugares y a los trabajadores remotos. Las soluciones de intercambio de archivos permiten obtener información y actualizaciones de forma rápida y sin complicaciones, incluso si se trata de grupos con varias personas.

Por ejemplo, al cargar datos y documentos en una solución en la nube u otra ubicación de almacenamiento central, los miembros del equipo pueden recuperar e imprimir materiales sin importar dónde se encuentren. La solución de nube adecuada utiliza un software que se integra perfectamente con impresoras multifuncionales, lo que le permite a los usuarios cargar o descargar archivos directamente desde el panel de control de la impresora.

Este nivel de flexibilidad también reduce el tiempo de las reuniones al poder compartir documentos al momento.

2. Trabajo más rápido

Para mantenerse un paso delante de la competencia, las empresas deben ser rápidas. Compartir información de forma digital es un componente clave para esto. Por ejemplo, un ingeniero se puede encontrar atendiendo a un cliente en su domicilio, pero puede acceder y revisar archivos en su celular con la misma facilidad que si estuviera en el escritorio de su oficina.

Esto permite que las decisiones se tomen más rápido y reducen el tiempo de comercialización.

Y si el ingeniero necesita revisar las copias impresas, la aplicación móvil correcta se conectará automáticamente con una LAN inalámbrica, lo que le permitirá imprimir desde su dispositivo móvil desde prácticamente cualquier lugar.

3. Ahorro de tiempo y recursos

Preparar los papeles o folletos para una reunión puede consumir mucho tiempo, por lo que compartir archivos digitales puede reducir significativamente ese tiempo de preparación. Por ejemplo, una agencia gubernamental implementó una solución para compartir documentos basada en la nube que permite a los usuarios recuperar y recopilar archivos de diversas ubicaciones y aplicaciones. Los participantes de la reunión acceden a los documentos digitales en la nube antes de las reuniones, imprimiéndolos si así lo desean. Eliminó la necesidad de que el personal imprima, recopile, arme y distribuya las copias antes de las reuniones. En lugar de gastar seis horas de preparación, la agencia tiene todo listo en menos de 20 minutos.

Cuando las empresas facilitan la colaboración del personal, también mejoran su capacidad para ser más ágiles, innovar y estar delante de la competencia. Acércate a la empresa Kyocera, expertos en el manejo documental.

Autor: Kellye Norris

Enviar archivos rapidamente por Wifi

CÓMO ENVIAR ARCHIVOS DE FORMA RÁPIDA ENTRE MÓVILES CON WIFI DIRECT      https://cincodias.elpais.com/

Según evoluciona la tecnología se van creandonuevos y mejorados métodos de transmisión, si echamos la vista atrás recordaremos los infrarrojos o uno más actual como es la tecnología Bluetooth, la cual era muy común utilizarla para enviar archivos, pero tardaba demasiado.

En la actualidad existe un método que ha surgido como solución a nuestros problemas de transferencia de archivos, se llama WiFi Direct y cada vez está más integrado en todas las marcas y modelos de móviles, además de comenzar a aparecer en impresoras y otros productos. Si nuestro móvil no cuenta con esta opción, no hay problema, dado que podremos descargar una app para ponerla en funcionamiento.
¿Qué es y qué ventajas nos ofrece WiFi Direct?

Se trata de un sistema ideado para enviar archivos de gran tamaño, aunque es compatible con cualquiera que tengamos en nuestro móvil. Su velocidad de transferencia de hasta 250 Mbps nos permite conseguir recibir o enviar archivos en apenas unos pocos segundos. A diferencia de métodos como el Bluetooth que puede llevarnos varios minutos, dependiendo del tamaño del archivo.


Cómo enviar archivos de forma rápida entre móviles con WiFi Direct

Además, el alcance se incrementa notablemente, evitando que tengamos que dejar cerca los dispositivos que están realizando el intercambio de archivos. Para llevar a cabo esta transferencia nuestro móvil crea una red WiFi privada e invisible que solo puede utilizar el dispositivo que nosotros hemos seleccionado para enviar o recibir el archivo. Por lo que en ningún momento estaremos gastando datos de nuestra tarifa, ni tampoco haciendo uso de la conexión WiFi.
Cómo utilizarlo en cualquier smartphone

Aunque mayoritariamente cada vez está disponible en más móviles, como es el caso de Samsung o Xiaomi, existe la posibilidad de que nuestro móvil no lo tenga integrado y tengamos que descargar una app alternativa. Si ya lo tenemos instalado, solo tendremos que dirigirnos a nuestra galería o archivos,pulsar en compartir y nos aparecerá directamente en la parte superior un indicador para utilizar WiFi Direct que puede variar según la marca y modelo.


Cómo enviar archivos de forma rápida entre móviles con WiFi Direct

En caso de que no esté disponible en nuestro móvil, podemos optar por descargar alguna de las apps más populares, por ejemplo ShareMe, la solución de Xiaomi que es compatible con cualquier teléfono móvil. Al instalarla nos pedirá acceso a nuestros archivos y de inmediato podremos comenzar a intercambiar archivos con otros móviles que tengan instalado este protocolo.

Para hacer uso de él, tendremos que pulsar en enviar o recibir archivos, dependiendo de la situación, para más tarde elegir los archivos que queremos utilizar y de inmediato empezará la búsqueda. Una de las ventajas de esta app es que mediante un código QR, puede facilitarnos y mantener seguros nuestros archivos, evitando confundirnos si salen varios dispositivos.


Autor: RUBÉN DE LA CALLE

Protege tus archivos y carpetas encriptándolos

Protege todos tus documentos importantes: Cómo encriptar tus archivos y carpetas
https://www.adslzone.net/

darpa chip seguridad

Solemos trabajar con información importante, privada y confidencial que no queremos que llegue a manos de cualquier persona y que pueda usarla en nuestra contra. Información personal, información confidencial de trabajo, estudios, investigaciones… Hay documentos que no queremos compartir o poner en peligro. Además, no siempre trabajamos en un ordenador propio sino que compartimos espacio u oficina con otras personas y queremos que nuestros documentos no estén al alcance de cualquiera. En este caso, lo mejor es encriptar los archivosque utilizamos para que nadie pueda acceder a ellos sin nuestro permiso.

¿Qué es encriptar?

Según la Real Academia Española, encriptar o cifrar es “transcribir con guarismos, letras o símbolos, de acuerdo a una clave, un mensaje o texto cuyo contenido se quiere proteger”. Es decir, proteger nuestros archivos o carpetascon documentos para que nadie acceda sin nuestro permiso y pueda ver lo que hay. Cifrar consiste en utilizar un algoritmo de cifrado y con una clave o contraseñaque alteran el origen de los datos de un documento o carpeta de modo que no puedan ser leídos por un tercero en caso de que este llegue a ellos.

En el caso de encriptar documentos en un ordenador, solemos utilizar casi siempre el cifrado por bloques de tipo AES (Advanced Encryption Standard) Se trata de un tipo de cifrado simétrico que utiliza un algoritmo en el que los archivos se cifran con una contraseña y se descifran con esta misma clave. Utilizando una contraseña podrás devolver los datos a su estado original y ver el contenido.

Si tienes un disco duro cifrado o un pendrive cifrado, por ejemplo, cuando guardes o copies un archivo a ese disco, se cifra automáticamente y se descifra o desencripta en el momento en el que lo sacas del disco que está cifrado.
Programas para cifrar documentos

Sea cual sea el documento que estás utilizando, hay programas encargados de cifrarlos para que estén protegidos y que tu información siga siendo confidencial. Esto es útil si tienes datos privados que no quieres que nadie vea o si vas a subirlos a una solución de almacenamiento en la nube y quieres mejorar aún más la privacidad. Sea como sea, hay programas para encriptar documentos por los que no tendrás que pagar nada y que son compatibles con todo tipo de sistemas operativos.
Cryptomator

Una de las mejores herramientas gratuitas para cifrar o encriptar es Cryptomator, un software sencillo, de código abierto, que no requiere ningún tipo de registro y es compatible con la mayoría de sistemas operativos como Windows, macOS, Linux o Android o iOS para teléfonos móviles. Lo que nos permite Cryptomator es crear una especie de gran carpeta cifrada con protocolo AES, como si se tratase de una caja fuerte, y a la que nadie puede acceder sin nuestro permiso. En esta “caja” podrás meter todo tipo de archivos que no quieres que nadie los vea sin el código correcto de desbloqueo.

La ventaja de Cryptomator es que no sólo te permite crear una carpeta protegida en tu ordenado de forma local sino que también puedes hacerlo en Dropbox o en Google Drive y tendrás sincronizados los documentos guardados en el almacenamiento en la nube sin que nadie pueda leerlos sin tu permiso. Otra de las principales ventajas es que podrás descargarlo para tu teléfono móvil con las aplicaciones de iOS y Android aunque en este caso tendrás que pagar 9,99.
Bitlocker

BitLocker es la herramienta que ofrece Microsoft si tienes una versión de Windows de tipo Profesional o Enterprise y te permite cifrar cualquier tipo de archivo o contenido: del disco duro interno de tu ordenador o de discos de arranque pero también cifrar un USB que conectes o de discos duros externos que quieras o necesites utilizar. En este caso, BitLocker utiliza XTS-AES con una clave de 128 bits para discos internos o de datos o un algoritmo AES-CBC con clave de 128 bits para discos externos. No obstante, esto se puede cambiar para que sea AES-XTS 256 bits, aunque debes tener en cuenta que en los primeros Windows 10 y sistemas operativos anteriores (como Windows 8.1, Windows 8 o Windows 7) no será compatible con este tipo de cifrado.

Si tienes una versión de Windows 10 (que no sea la edición Home) puedes activar el cifrado del dispositivo fácilmente, según puedes leer en la propia página web de Microsoft. Simplemente inicia sesión en Windows con la cuenta de Administrador, ve al botón de Inicio y sigue estos pasos:
Abre Inicio
Ve a Configuración
Accede a Actualización y seguridad
Ve a Cifrado de dispositivos
Selecciona la opción “Activar”

También podrás activar el cifrado de dispositivo de BitLocker estándar:
Inicia sesión con cuenta de administrador
Ve al botón de Inicio
Busca Sistema Windows
Elige Panel de control
Selecciona Sistema y seguridad
Elige Cifrado de unidad BitLocker
Selecciona Administrar BitLocker
Activa BitLocker
Sigue las instrucciones que te indica el programa

AES Crypt

AES Crypt es un software de encriptación que puedes usar en macOS, Linux o Windows y que es totalmente gratuito y de código abierto. Una vez que descargas la herramienta en tu ordenador, se integra con el menú así que siempre la tendrás a mano para encriptar cualquier archivo sin ningún tipo de complicación. Es decir, una vez que descargas e instalas este software y pulsas sobre el botón derecho de cualquier archivo, verás que aparece entre las opciones y que puedes añadir la contraseña. Es muy sencillo de manejar y creará un nuevo archivo, cifrado con la clave que has elegido, que podrás usar para lo que necesites.

Para leer archivos con AES Crypt el funcionamiento es el mismo que para cifrar o encriptar: haz clic derecho sobre el documento en cuestión, se abrirá el menú con opciones y podrás elegir este software. Una vez que lo elijas, introduce la contraseña que tenía el archivo y estará listo para abrirlo, leerlo o editarlo como quieras.
Cómo cifrar archivos en Word

Si tienes algún documento en Word que necesitas proteger, puedes encriptar utilizando cualquiera de los métodos anteriores pero también podrás utilizar elmétodo de encriptado de Microsoft Word para proteger el archivo. Una vez que hagas esto, sólo la persona que tenga la clave de cifrado o contraseña podrá acceder al contenido del documento y leerlo así que es especialmente importante en casos de archivos privados que no quieres que nadie vea.

Para encriptar un documento, tendrás que seguir unos pasos muy simples y lo protegerán con contraseña:
Abre el archivo que quieres proteger
Ve al apartado “Archivo” en la esquina superior izquierda
Abre Información
Haz clic en “Proteger documento”
Elige la opción “Cifrar con contraseña”
Escriba una clave que quieras
Confirma de nuevo la clave elegida

Una vez que hayas seguido estos pasos, tendrás que escribir la clave correctamente para acceder a este archivo de Word. Siempre podrás volver adesproteger el archivo siguiendo los mismos pasos y eliminando la clave que has escrito. Eso sí, para eliminar la contraseña tendrás que saberla ya que tendrás que hacerlo desde dentro.
Romper cifrado de Word

No es fácil romper la protección de un archivo de Word si tienes una de las versiones más recientes del programa. La mayor parte de trucos y aplicaciones dedicadas a romper el cifrado están basadas en versiones antiguas pero si tienes un archivo viejo en tu ordenador y quieres abrirlo ahora, puedes intentar alguno de estos trucos.

Una de las formas más fáciles y sin instalar nada es insertar el archivo. Se trata de un truco que no te servirá en las versiones más modernas pero sí en las anteriores a Microsoft Word 2010 y no tendrás que saber la contraseña para leer el documento:
Ve a Word y abre un documento en blanco
Pulsa en la opción “Insertar…”
Elige “Objeto”
Pulsa en “Insertar texto desde archivo…”
Busca el documento encriptado
Acepta
Se copiará el texto en el nuevo documento de Word

Como decimos, este truco no te servirá en versiones modernas del programa pero sí en las antiguas y no tendrás que instalar nada y sólo te llevará unos segundos.
Aplicaciones y programas

También hay aplicaciones y programas para romper las contraseñas de documentos Office aunque generalmente funcionan sin ningún problema para versiones anteriores a Word 2010 y es mucho más complejo hacerlo si tienes un software moderno… Te dejamos tres opciones que puedes descargar de forma gratuita si tienes problemas con la contraseña de un archivo y quieres abrirlo para ver qué contiene.

Free Word and Excel Password Recovery Wizard es una aplicación capaz de desencriptar cualquier documento antiguo que tengas, desde versiones de Office 95 hasta versiones de Office 2003, por si has encontrado algún disco duro lleno de viejas joyas que quieres leer pero no recuerdas la contraseña. Se trata de una aplicación gratuita que puedes descargar en tu ordenador y que funcionará con documentos Word, Excel o Power-Point usando la fuerza bruta o ataque de diccionario. Es muy fácil de usar y se instala rápidamente, por lo que apenas te llevará tiempo intentarlo y no perderás nada.

Otra opción sencilla (y obsoleta) es CrackIt! Es más básico que el anterior, no tiene complicaciones y no requiere instalación porque se trata de un software portable que solo tendrás que descargar. Al igual que el anterior, sólo te funcionará con documentos de versiones antiguas de Word y apenas tarda unos segundos en recuperar la contraseña de documentos de Microsoft Word 97, 2000 o 2003.

Por último, puedes probar Word Password Recovery Master. Este software solo te servirá si el documento que quieres desencriptar se creó con una versión de Word 2003 o anteriores, al igual que los otros dos de esta lista. Puede eliminar la contraseña para que leas el archivo y es muy sencillo de utilizar. Una de las ventajas de este programa es que apenas tardará unos segundos en eliminar el cifrado de un archivo de Word y es compatible con todas las versiones de Windows (incluida Windows 10) así que no tendrás ningún problema en instalarlo.

Autor: Rocío García

Adventures in Listening

From the November 1940 WQXR Program Guide:

Max Lincoln Schuster, of Simon & Schuster, would have been a musi­cian if the attractions of printer’s ink had not won out. As a result, music is one of his deep interests and in this article he writes about what music means to him. Also, Mr. Schuster has just given expression to, another oi his activities by compiling and editing “A Treasury of The World’s Great Letters”, now a huge best-seller.

This is my first chance to set down in print, some of the experiences and appreciations of a typical and un­ashamed amateur who was thrilled several years ago to be an early discoverer of WQXR and is now proud to be a high-fidelity crusader for that station.

I am not only a non-professional in the field of music; I play not, neither do I sing. I thirst not for a sponsor, nor do I yearn for an audition.

Ever since I put away my youthful violin almost thirty years ago — I started from scratch at the age of seven — I have rigorously confined my musical activities to the art of listening. For three decades I have devoted myself to that art with an overmastering persistence; I practice it passionately, and still feel that I am just beginning to learn.

I served my apprenticeship in a music-loving home as a child: I took my preparatory courses in listening at Carnegie Hall, Town Hall, Aeolian Hall, and some of the most famous auditoriums in America and Europe; I took, postgraduate work in London and the old Vienna, did record-breaking research with the Victor Talking Machine Company and the Columbia gramophone. Just now my true Alma Mater, my favorite conservatory best-loved academy, is Station WQXR.

I belong, then, to a goodly fellowship — the invisible legion of listeners to whom this station is more than a broadcasting company, more than, a miraculous never-ending source of the ‘world’s best music,’ but ah: literally a habit, a sanctuary, and a way of life. For I invariably plan precious symphonic hours and programs of Kleine Nachtmusik around certain high, anticipations that tune in on my innermost wavelength when I check them off at the first of each month on the new program bulletin of the station. It is the most exciting mail that I receive twelve times a year — that little schedule of symphonies and concerts still to be heard.

There must be countless thousands who feel the same way. Many of them are my friends. It seems that warmest and wisest friends I have — whether the: amateurs, professionals, neophytes, virtuosi, engineers,  or patrons in the world of music, or just miscellaneous men and women of goodwill — are almost without exception devoted and intensely loyal friends of WQXR

Each of them regards the station as a private and precious discovery of My own — a uniquely intimate attachment. It is a touchstone, a standard, a shared consecration.

One of the great teachers and true humanists of our time, Professor Irwin Edman, told me several years ago that WQXR was his secret vice. Now it is no longer a secret, for he has proclaimed it and apostrophized it elo­quently in Philosopher’s Holiday.

My heart leaps up when I behold on the WQXR pro­gram bulletin the announcement of the Seventh Sym­phony of Schubert, or his great quintet with the second ‘cello, or the Forellen, or the Death and the Maiden Quartet—and I check off another inviolable hour with WQXR.

When I see the Schubert Trio in B-flat major scheduled, I make a double star on the calendar for that day. When I find, any of the nine Beethoven symphonies on the list, or any of his great piano concertos — especially the Emperor or the Fourth — I know another uninterruptible and glori­ous WQXR evening is in store for me.

Almost anything by Bach, almost anything by Mozart, fills me with a princely expectation. Then I have certain special, deeply-cherished favorites which the station pours out for my enjoyment with recurrent profusion — the Italian Symphony of Mendelssohn, the Rachmaninoff –Plano Concerto No. 2, the Grieg Sonata for Piano and Violin, the Sibelius Second Symphony, the Paganini Violin Concerto, the Slavonic Dances and the Third Symphony of Brahms, to mention, just an infinitesimal but representative few.

I was initiated to the world of music in my childhood by four geniuses — John Philip Sousa, Johann Strauss, Irving Berlin, and Ludwig van Beethoven — each a supreme master in his own field. I was a slave of the mighty Fifth Symphony — the indestructible Fifth, as Henry Simon calls it — at the age of sixteen. But, with all my concert-going, with all my phonograph records, with all my musical friends, with a musical adulthood of deep intensity, I never heard the Seventh Symphony of Schubert — the heaven-shattering C major — until I was thirty-five years old: I never heard the Second Symphony of Beethoven — now one of my ever-haunting favorites — until I was twenty-eight; the Fourth, of Beethoven, the Second of Beethoven, and countless works of Bach and Handel and Purcell and Vivaldi — now part of my most sacred musical treasures — came even later; many of them I heard first over WQXR, and all of them I hear over and over again through, that station. I missed those glorious experiences through the years of my youth and early manhood, because WQXR was not then in existence. Fifty years is little room to hear the Seventh, of Beethoven or the Seventh, of Schubert; thanks to WQXR, I can now make up for lost time at a geometric rate. For me the Gates of Paradise are wired for sound — and attuned to 1550 kilocycles.

 

New (Old) Tattoo Books

We’ve recently acquired a couple of fantastic books featuring photographs of early 20th century tattoos–one French, and one German.

The first book is a 1934 volume of Dr. J. Lacassagne’s Albums du Crocodile, improbably written for an audience of medical school alumni from the Hospices Civils de Lyon and focusing on tattoos in the French criminal underworld.

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Title page of “Albums du Crocodile” showcasing a delightfully gothic French prisoner’s tattoo

Author Jean Lacassagne was the head of the prison medical service at Lyon, son of the founder of the Lyonnais School of Criminology.

The book’s photographs* feature mostly-anonymous, heavily-tattooed prisoners, both male and female, in various states of undress (and many completely nude). (*We want to acknowledge that it’s not clear whether the subjects of these photographs consented to the photography or whether they, more likely, were compelled to display their bodies and tattoos for the doctor’s camera.)

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A jaunty French sailor in, ahem, scant clothing, with copious chest and arm tattoos.

Female prisoners are present only in a section about prostitutes, and the author considers their “low-quality” tattoos an early sign of impending ruin.

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An example of a “vaccin d’amour” tattoo.

The only prisoner who is identified by name in this volume is Louis-Marius Rambert, referred to as “L’assassin d’Ecully.” (He and an accomplice murdered two people with a hammer, a crime for which he was sentenced to death.)

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Rambert’s chest stars a “magnifique tatouage polychrome,” a pink, green, and blue image of an eagle fighting a dragon from a Shanghai tattoo artist.

As described in the caption above, Rambert willed his skin to author Lacassagne before his death by tuberculosis in 1934, as a sign of gratitude for the doctor’s services. Lacassagne carefully preserved the prisoner’s skin, and this colorful tattoo was later used in the binding of Rambert’s own manuscript memoirs. (!!!!!!) (We’d like to thank bookseller Brian Cassidy for drawing our attention to this gruesome story.)

The second book from this fascinating acquisition is the 1926 Bildnerei der Gefangenen, a book of prisoners’ art.

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Title page of Bildnerei der Gefangenen, with a stunning reproduction of a watercolor.

Author Hans Prinzhorn was a psychiatrist who documented outsider art from mentally ill and incarcerated artists. This book includes sections on illustrations, clay sculptures, and playing cards, as well as thieves’ symbols and prisoners’ carvings.


A section at the end of the book features photos from the Hamburg police department of heavily tattooed men and women who were taken into police custody.


We noticed, upon close examination, that two of the men in the photos (below) have very similar tattoos, one reading “Only For Lady” and one reading “Nur für Damen”– we can only assume that these are instances of artistically inked homophobia, but are sincerely curious if any of our readers are tattoo anthropologists and can tell us more about these. Was this a widespread practice in the 1920s?


If you’re interested in viewing these books, or any other materials related to the history of tattoos, get in touch to make a research appointment!

Music Speaks for Itself

From the December 1940 WQXR Program Guide:

Mr. Sanger is Executive Vice-President ol WQXR. This article is condensed from a talk he gave recently over New York’s muni­cipal station, WNYC.

We at WQXR make no systematic effort to educate our listeners to love good music. If we have succeeded in making people like it and want more of if, it is because we have not made them conscious of the fact that listen­ing to good music is necessarily educational.

Our policy at WQXR has been to avoid what has often been a stigma on radio programs: the “educational” label. We have found that, just as “good wine needs no bush,” so good music needs no label. The plan of WQXR has been to broadcast all kinds of good music…reproduced as faithfully as modern radio science makes possible, and without too much comment.

Our experience has been that, if you expose people to good music, they either like it or they don’t. Telling them it is wonderful music and is good for them is of little value in creating real music lovers. Beethoven speaks for himself in his music far better and with far more appeal than anything which might be said about him.

Children, young people, and adults who have had no previous musical experience go through an evolutionary development in their musical appreciation. In the realm of classical music they begin first to appreciate Tchaikow­sky and from there they roam quite naturally into the earlier symphonies of Beethoven, which in turn seem to condition them for Brahms and Bach.

Music is the easiest and most effective thing to present educationally on the air. And if our experience at WQXR means anything, it points to the fact that good music does an educational job in itself. Everybody cannot be made to enjoy and appreciate good music, but there is a very large part of the radio audience which can. The best way to educate those people musically is to let them listen to music. They will enjoy it and be mentally stim­ulated by it. As for the others, there is very little one can do, because they will not like music just because they are told it is good for them.

On November 1st WQXR put on the air its new 5,000-watt transmitter, which increases its power five-fold and practically doubles the area which it serves. We shall soon know whether our programs have as much appeal in more sparsely settled territory as they have in the metropolitan area. As we reach out into less cosmopolitan districts, we shall find out whether that ground is as fertile for the growth of a love of music as is New York.

It has been said that the American public is not so receptive to classical music as the European public. I doubt it. I believe the good taste of the American public is very much underestimated. The broadcasting of such fine musical programs as the opera, the Philharmonic, and the Toscanini concerts have done much to increase love of great music throughout the country. People who used to shudder at the very thought of listening to a Brahms symphony know now that Toscanini, in his great concerts, gives them something which they cannot get from the usual run of radio programs. That does not apply to all people. But I believe that a surprisingly large part of the American public, because it has been increasingly exposed to good music, is becoming more appreciative of the masters.

Great music differs from inferior music in that it wears well. Once you like it, you cannot listen to it too often. I don’t believe anyone ever complained about hearing the Beethoven Eroica Symphony too many times. The great educational value in broadcasting the best in music is that each time a person hears a composition he gets a different impression from it, hears new things in it, and goes through a spontaneous musical education. If listening to great music impels him to look into the stories behind the music and the composers, so much the better. Some people will react in that way; others will be content with the music alone.

In other words, music is, in itself, the end to be achieved. I believe that one cannot place too much emphasis upon the importance of music in our lives. The works of the masters can well become an increas­ingly strong bond among all the elements in American life. Good music is so universal in its appeal that a love for it binds together many divergent elements in our population. If there is anything in our culture which is international, and which can break down nationalistic barriers, it is surely great music. When people listen to a masterpiece, they do not consider whether the composer is English, French, German, Russian or Scandinavian.

There is no question that radio has done much to pro­mote American culture and to emphasize the American way of life. Particularly in the realm of music, the radio has performed and will continue to perform increasingly greater service in emphasizing the best in our cultural heritage.

The Vitality of Great Music

From the August 1940 WQXR Program Guide:

Wallace Brockway and Herbert Weinstock are the authors of the best-selling book of critical biographies, “Men of Music”. They are at work on a history of the opera, to be published in 1941.

The music of lesser composers is starred with happy inspirations. Grieg and MacDowell, for instance, are sometimes so fertile in those points of departure which seem made to order for starting a masterpiece on its way, getting it over a difficult moment, or bringing it happily home, that we are momentarily seduced into believing that what we are hearing is a masterpiece. Young listen­ers of whatever age hear only these strokes of genius, and forget, or are deaf to, the acres of marking time between. An astute music merchant like Saint-Saens bunches his effects because he has to, and because he knows his own poverty. They are very impressive effects — while they last. Paging through the yellowing scores of George Philipp Telemann, Weber, Meyerbeer, and H. T. Parker — a hundred other names would serve as well — we come across a lush melody, a haunting har­monic progression, a canny rhythmic effect. Our first impulse is to disinter these giants and animate their life­less limbs — an expensive job, whether at the Philhar­monic or the Met. And we have our little triumphs: there are our effects, sure enough, but buried, sometimes lost, in a skeleton that will not take on flesh. Or, if it does for a time seem to live, it is only to collapse, fearfully and without warning, like Poe’s M. Vladimir. Not even the interpretive skill of a Toscanini or a Gieseking can avert this nauseous catastrophe and give to the disinterred second-rate the vitality of great music. Romantics would have us believe that this vitality is merely the translation into musical sounds of noble thoughts and powerful emo­tions.

This would be an eloquent argument if it could be shown that the great masters had a corner on the noble thoughts and powerful emotions of their times. Actually, some extraordinarily feeble talents wallowed in the most virtuous thinking and indulged emotions that bordered on hysteria. Contrarily, a veritable first-rank genius like Handel seems to have had no personal emotion other than generous anger, while Chopin suffered from a posi­tive dearth of noble thoughts. There really is not, and never was, a rule about such matters as these. And, in­deed, if music were a faithful translation of a composer’s personality, emotionally and mentally, listening to Haydn would be very dull and listening to Wagner an unendur­able torture. Fortunately, the small portion of the per­sonality that manages to pass through the filter of the creative imagination acts as nothing more than a coloring matter on the final product.

No. It is no less true of music than of any other art that what gives vitality is the artist’s ability to think in terms of his art and his compulsion to work unceasingly, earnestly, with the tools of his craft. He must understand the larger architecture of his forms (whether as restricted as a Schubert song or as expanded as a Beethoven sym­phony), and he must understand not only the multifarious grammar of detail, but also the function of detail in cre­ating pattern. That certain spiritual qualities Eire called into service by these processes, it would be idle to deny. But let us not try to make rules about them any more than about the ratio of noble thoughts and powerful emotions to musical vitality: they vary from composer to com­poser. Granted the original “inspiration” (which a Grieg or a Massenet, or a Moszkowski is as likely to get as a Beethoven), vitality then depends on what is done with it. Its exact character and potentialities must be understood above all, at this point, its innate vitality must not be overestimated.

It must be used in the right milieu, given to the right instruments, placed in the right keys, varied or mated with its legitimate complements. In his judicious handling of these various elements of musical creation, Beethoven is the mighty exemplar that leaps at once to mind. To follow one of those frequently rather common­place germs of musical thought from its birthplace in his notebooks to its final series of grand progressions in a symphony, concerto, quartet, or sonata, is to spy upon the central secret of artistic creation itself, and to under­stand, in a measure, why some music is vital and other music is not.