Álvaro Armada, en su casa de Deva. marcos león
Álvaro Armada Barcaizteguí, hijo de Álvaro Armado Ulloa, conde de Revillagigedo, ha ofrecido formalmente al Ayuntamiento de Gijón los fondos del archivo familiar, depositado actualmente en Madrid, y cuyo contenido incluye, ente otros muchos, documentos sobre la historia local de los que incluso carece el archivo municipal gijonés.
La propuesta concreta de Álvaro Armada es la de crear un centro de investigación histórica basado en el archivo Revillagigedo, que ha sido radiografiado por el profesor Eugene Lyon, ex director del Centro de Investigación Histórica de la Universidad de Flagler, en San Agustín, La Florida (EE UU). «Un archivo único», ha sido su conclusión, «por su extensa y valiosísima colección de manuscritos de excepcional importancia», tanto para España como para las Américas.
La Universidad de Flagler se interesó por el archivo por el gran número de documentos referidos al avilesino Pedro Menéndez de Avilés (1519-1574), el Adelantado de La Florida, de la que fue el primer gobernador. Allí fundó en 1565 la ciudad de San Agustín, considerada la primera población del asentamiento europeo en lo que siglos después serían los Estados Unidos de América. También fue gobernador de la isla de Cuba de 1567 a 1574.
La citada Universidad también se adentró en la documentación sobre los virreinatos de la Nueva España y los propios virreyes Revillagigedo, que fueron Juan Francisco Güemes y Horcasitas (1681-1766), primer conde de Revillagigedo, y Juan Vicente de Güemes Pacheco de Padilla y Horcasitas (1740-1799), segundo conde.
El propio Eugene Lyon relata cómo se produjo en las últimas décadas el acceso al archivo de los Condes de Revillagigedo mediante la confección de índices e inventarios, así como con el microfilmado, en positivo y en negativo, de casi todos sus documentos. Lyon evoca el trabajo inicial del padre José María Patac de las Traviesas, el jesuita que además creó a partir de los años sesenta del pasado siglo la Biblioteca Asturiana del Colegio de la Inmaculada de Gijón, después cedida a la biblioteca municipal.
Patac elaboró los índices del archivo en cuatro volúmenes, contenidos en la primera serie de microfilmes que realizó el jesuita. Gracias a ese trabajo se puede «llegar a entender cómo distintos mayorazgos y ramas de la familia Revillagigedo van relacionándose y uniendo sus distintos archivos a lo largo del tiempo». El trabajo de Patac consta de once rollos de microfilme, el primero, con los índices que él mismo elaboró, y los diez restantes, con antiguos índices correspondientes a anteriores reorganizaciones del archivo.
Posteriormente, en 1986, se realiza el microfilmado del archivo casi al completo. Sólo quedó al margen de ese trabajo «alguna documentación de gran tamaño o especialmente iluminada». El resultado fueron «645 rollos de 35 milímetros con un volumen aproximado de un millón de páginas». Todo ese trabajo de microfilmado permite a los investigadores localizar los documentos con relativa facilidad.
Lyon explica que el archivo tiene «como origen el Principado de Asturias» y contiene «las hazañas y noticias de cerca de veintiséis grandes mayorazgos, incluyendo muchas grandezas». Parte de esas ramas familiares de los Revillagigedo «provienen del norte de España, y el archivo conserva sus árboles genealógicos, bulas papales, concesiones de la Corona y antiquísimas escrituras en pergamino, además de privilegios reales miniados de extraordinaria belleza».
También contiene el archivo «un gran número de mapas y documentos a color que detallan y describen las propiedades que detentaban, localizadas no sólo en Asturias y en otros lugares de Castilla la Vieja, sino también en Castilla la Nueva, Valencia y Cataluña». Hay, asimismo, mapas de «zonas tan diversas como la Ciudad de México y el peñón de Gibraltar».
La parte más densa del archivo, agrega el profesor estadounidense, es la que abarca los siglos XV al XVIII, «época que coincide con la gran expansión de España en las Américas y el Extremo Oriente». Así, el material sobre los dos virreyes citados reúne en total más de doscientos legajos, o tomos, de los 491 que componen el archivo en su totalidad. A través de ese material se puede conocer «la situación económica y financiera de la Nueva España, los ingresos de la Corona, los monopolios, la minería, el Ejército y la milicia reales, el sistema monetario y el transporte marítimo de lingotes de plata».
Lyon agrega que «el impacto económico causado por la expulsión de la Orden de los Jesuitas también se describe con detalle», así como «los asentamientos y colonización de los estados de Texas, California y otras provincias internas de 1728 a 1792», es decir, el período anterior a la creación de los Estados Unidos, en 1776; pero a partir de esa fecha existen, igualmente, referencias, tales como «la convención de Kentucky, en noviembre de 1788», previa a la constitución de dicho Estado. Otros territorios concernidos son el Pacífico Noroeste y los montes Apalaches.
El avilesino Pedro Menéndez de Avilés tiene especial protagonismo en los legajos, al «incluir la extensa correspondencia que el Adelantado mantuvo con Felipe II durante 1574, relativa a la gran flota que Menéndez de Avilés estaba organizando en Santander contra Inglaterra, poco antes de su muerte». También se encuentra «la respuesta del Adelantado al Papa Pío V sobre la conquista de La Florida».
El archivo no se ciñe a las Américas, sino que contiene «informes sobre la Revolución Francesa, sobre Camboya, Turquía, Filipinas, sobre la toma de Gibraltar (en la que el segundo Revillagigedo participó en calidad de lugarteniente general), sobre Sacramento, en Uruguay, las Islas Baleares y Lombardía y Turín».
Por lo que atañe a Asturias y España, afirma Lyon que «muchas historias pueden escribirse sobre estas familias, cuyas vidas y hazañas contribuyeron a la creación del Reino de España, desde los comienzos de la Reconquista hasta los tiempos modernos». Por ejemplo, el archivo hace posible «trazar los lazos familiares y el control de tierras por períodos de hasta setecientos años». Al mismo tiempo, «este archivo ofrece la incomparable oportunidad de estudiar la propiedad de la tierra, la sociedad y la economía desde el bajo medioevo, a través de los comienzos de la Edad Moderna, hasta la España del siglo XX».
«Éste es sin duda uno de los archivos privados más importantes en España; una joya, independientemente del lugar en que se encuentre», concluye Eugene Lyon, ya que «la historia de España en la Edad Moderna, la de México, así como la historia de Norte y Sur América, no podrán escribirse sin consultar este archivo de inestimable valor. No tiene precio».
J. MORÁN